LONDRES, 19 diciembre 2001 (ZENIT.org).- Primero creó el «zar de la droga» y luego el «zar de los sin techo». Ahora el primer ministro británico Tony Blair ha creado el primer «zar de la fe» para ocuparse de asuntos religiosos.
Blair ha nombrado a John Battle, ex ministro de Asuntos Exteriores como su enviado personal entre las denominaciones cristianas y los grupos creyentes de Gran Bretaña.
Battle, parlamentario laborista por Leeds West y católico practicante tiene un encargo con amplio campo de acción para asesorar al primer ministro en temas religiosos, desde la situación de la Iglesia de Inglaterra a las escuelas confesionales.
El ex ministro, que hasta el verano se había encargado de las crisis en Asia y Sudamérica, está ahora visitando mezquitas, sinagogas, templos e iglesias, en un esfuerzo por aliviar las tensiones entre las diversas confesiones y el mundo exterior.
Una de sus funciones es la de asegurar a las Iglesias que tienen el apoyo moral del primer ministro, que no ha hecho un secreto de la influencia del cristianismo en sus creencias políticas, para consternación de mucho liberales antirreligiosos.
Miembros de clero expresaron su sorpresa por el nombramiento, que fue hecho público el pasado sábado. Uno dijo: «Parece que los otros «zares» creados por Blair han tenido un impacto limitado, creo que pasará lo mismo con éste».
Battle dijo sin embargo que tiene un importante papel, especialmente en un tiempo en que las tensiones son elevadas.
«Mi tarea consiste en ofrecer plena expresión a lo mejor de la comunidad creyente, en lugar de que se imponga siempre lo peor de la misma», dijo.
«La pregunta que me hago es: ¿estamos dejando espacio a las tradiciones de fe o es la cultura la que se está cerrando a ellas?», añadió.
«La tarea consiste en recorrer Gran Bretaña creando este espacio, considerando el impacto de las comunidades interconfesionales y llevando esto al centro del poder», concluyó.
Battle, que estudió para ser sacerdote católico pero lo dejó antes de acabar los estudios, dijo que ha mantenido ya reuniones con líderes religiosos.
Su nombramiento fue hecho hace cinco meses, cuando perdió su cargo de ministro, pero hasta ahora se había mantenido con un perfil bajo. Ha hablado, sin embargo, de su nuevo papel en una entrevista publicada por el periódico de la Iglesia de Inglaterra de esta semana.
En la declaración explica que el trabajo no es remunerado y no tiene título, ahora bien, informa del mismo personalmente a Blair.
Explica que los atentados terroristas del 11 de septiembre han dado a su función un matiz particular y por este motivo ha visitado varias mezquitas en las últimas semanas.