CIUDAD DEL VATICANO, 24 abril 2002 (ZENIT.org).- Juan Pablo II denunció este miércoles las dramáticas condiciones en que se encuentran los franciscanos de la Basílica de la Natividad de Belén, a los que ahora las autoridades israelíes les han cortado las líneas telefónicas.
«Mi pensamiento se dirige siempre a la Basílica de la Natividad de Belén, donde la comunidad religiosa y otras numerosas personas siguen sufriendo el asedio, que se prolonga ya desde hace veintidós días», reconoció al final de la tradicional audiencia general.
«Sus condiciones, que ya de por sí son dramáticas a causa de la falta de agua y comida, se han agravado ulteriormente después de la interrupción de sus líneas telefónicas», afirmó ante los miles peregrinos congregados en la plaza de San Pedro del Vaticano.
El Gobierno General de la Orden de los Frailes Menores ha llamado varias veces en los últimos días a la embajada de Israel ante la Santa Sede para expresar su «preocupación» por esta medida, según han revelado fuentes de la Curia general franciscana a Zenit.
El mismo Juan Pablo II se sirvió del teléfono para hacerles llegar a los 35 religiosos y a las 4 religiosas un mensaje de aliento en estos momentos tan duros.
«Sigamos rezando al Señor para que se encuentre finalmente una solución a esta situación inhumana y se llegue, con la contribución de todos, a la deseada paz en aquella región, tan querida por el corazón de todos los creyentes», exhortó el obispo de Roma.