MONTREAL, 26 abril 2002 (ZENIT.org).- En medio del interés desmesurado de los medios de comunicación por escándalos provocados por sacerdotes, más de 1.100 delegados de Estados Unidos y Canadá reafirmaron en el Congreso de Norteamérica sobre las Vocaciones la belleza del sacerdocio y la vida consagrada cuando son vividos por amor.
La iniciativa, que tuvo lugar en Montreal del 18 al 21 de abril, se convirtió en una ocasión de encuentro, de oración, de fiesta y planificación. Concluyó con la celebración de la 39 Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones.
«Dios dará a la gente joven el coraje para ser fervorosos, para abrazar la pasión de Jesús por un mundo transformado», dijo sor Marie Chin, presidenta de las Hermanas de la Misericordia de las Américas.
Hablando sobre el tema de la misión y el futuro de la Iglesia, al padre Gilles Routhier, de la archidiócesis de Quebec y profesor de teología en la Universidad Laval, insistió en que la Iglesia debe mostrar gran creatividad a la hora de fomentar las vocaciones, usando métodos que movilicen y evangelicen a la gente hoy.
La Iglesia no debe simplemente esperar que los candidatos vengan a llamar a la puerta de los seminarios y congregaciones religiosas, sino que debe seguir invitando y llamando a la gente joven con persistencia, aunque la primera invitación sea rechazada, afirmó.
«El momento actual nos está llamando a arriesgar e ir mar adentro a pesar de la posibilidad de encontrar olas y de ser sacudidos por el viento», dijo.
El especialista de Sagrada Escritura, el padre Donald Senior, CP, desafió a quienes deben fomentar vocaciones «a ser sacramentos de esperanza para una Iglesia herida».
En la actual situación, dijo, «la lección de Pascua es que paradójicamente de la muerte puede venir la vida, un sacerdocio renovado, nuevas formas de vida consagrada, nuevas posibilidades de colaboración y respeto mutuo entre ordenados y laicos, más transparencia a todos los niveles de la Iglesia».
En el encuentro participaron 130 jóvenes. En una declaración del 21 de abril dijeron invitaron a quienes viven la vida consagrada o el sacerdocio a «ofrecernos un auténtico testimonio lleno de alegría de vuestro modo de vida, de manera que podamos experimentar la pasión de vuestro servicio, Invitadnos a compartir vuestro entusiasmo y profundo amor por Cristo y por la Iglesia. Juntos podemos propagar un fuego que ha sido encendido por Cristo».
Las recomendaciones al Congreso se desarrollarán en un Plan Pastoral para Estados Unidos y Canadá. Los delegados servirán como catalizadores en la implementación del Plan.
Más de 10.000 personas de ambos países participaron en 220 diálogos diocesanos y regionales que sirvieron para preparar el Congreso, organizado por deseo del Papa Juan Pablo II. Los dos congresos continentales anteriores tuvieron lugar en América Latina en 1994, y en Europa en 1997.
Más información en http://www.vocations2002.org.