LOPPIANO (ITALIA), 3 mayo 2002 (ZENIT.org).- Más de seis mil jóvenes llegaron a Loppiano, la ciudadela de los Focolares situada cerca de Florencia, el pasado 1 de mayo, procedentes de 72 países para comprometerse personalmente a construir en todas partes un horizonte de paz.
Frente a un escenario internacional marcado por la violencia o la injusticia, los «Jóvenes por un Mundo Unido» conectados con miles de otros jóvenes de todo el mundo, testimoniaron que existe un «pueblo» que funda la propia identidad en un compromiso: contribuir al desarrollo de un mundo animado por la fraternidad.
En el encuentro se pudieron escuchar numerosos testimonios de paz llegados de Europa, Perú, Argentina, India, Congo, Kenia, Australia, EE.UU. y Filipinas.
Algunos expertos subrayaron por su parte la importancia de la aportación de cada persona, grupo o pueblo para la realización de un mundo más unido.
A mediodía del 1 de mayo, los seis mil jóvenes observaron un minuto de silencio o de oración en conexión telefónica con un grupo de Jóvenes por un Mundo Unido de Tierra Santa --judíos, árabes cristianos y árabes musulmanes--.
«Pedimos la paz para aquellos veinte puntos de la tierra en los que está todavía amenazada y en especial para vuestra Tierra, para cada hombre y para cada pueblo de la tierra --fue el clamor que elevaron los chicos y chicas--. Pedimos perdón por todas las guerras que devastan nuestro planeta y nos comprometemos a acelerar la construcción de un mundo finalmente unido».
Los jóvenes de Tierra Santa llevarán el texto de una oración interreligiosa por la paz al Muro de las Lamentaciones, al Santo Sepulcro y a la Mezquita de Oro en Jerusalén, lugares símbolo de las tres grandes religiones.
El augurio de emplear la propia vida para construir un mundo unido, fue subrayado por Chiara Lubich, fundadora y presidenta del movimiento focolar, en el mensaje enviado a los jóvenes.
«Que la jornada de hoy marque una etapa en el fabuloso programa de ver un día esa fraternidad universal que es la solución a todos los graves problemas de nuestro planeta, especialmente después del 11 de septiembre. Volved a llevar al mundo el amor que puede cambiar el mundo», dijo Chiara a los muchachos.
A las 12,30, el presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi, se conectó por videoconferencia con los jóvenes para manifestar su satisfacción por la petición que en las vísperas le habían presentado para un mayor compromiso de Europa en la solución de la crisis de Oriente Medio.
«Vuestro llamamiento es para mí una ayuda --dijo Prodi--, porque en vuestro mensaje habláis de unir profecía y realismo. Vosotros tenéis mucha esperanza, tenemos necesidad de ella. Si se quiere pasar del realismo a la esperanza, a la profecía, hay que saber que existe gente que cree en ello, que comprende que hay que intentar renovar, ir adelante, insistir, no desmoralizarse nunca y tener amplia visión».
Por la tarde, se realizó la recogida de firmas en apoyo del llamamiento por la paz enviado a Prodi, a José María Aznar, primer ministro español y presidente de turno de la Unión Europea; Josep Piqué, ministro de Exteriores de España; y Javier Solana, responsable de Asuntos Exteriores de la Unión Europea.
En estos días se han recogido ya 20.000 firmas, llegadas de todo el mundo. Numerosos parlamentarios europeos, alcaldes y concejales han firmado el llamamiento. Centenares de jóvenes
están expresando a través de Internet su apoyo a la iniciativa.
El Movimiento de los Focolares, fundado en 1943, y aprobado por la Santa Sede en 1962 y con sus sucesivos desarrollos en 1990. Se calcula que la irradiación del Movimiento llega a más de cuatro millones y medio de personas, de las cuales dos millones son adherentes o simpatizantes, en 182 países.
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May 03, 2002 00:00