El pontífice anunció en su encuentro con el patriarca de 6,5 millones de creyentes, de 87 años de edad, que cederá el «uso litúrgico» a sus fieles de la iglesia católica de los Santos Vicente y Anastasio, que se encuentra cerca de la Fontana de Trevi, en la Ciudad Eterna.

Se trata de un gesto, que como reconoció el Papa, en el palacio patriarcal de Sofía, busca «promover el conocimiento recíproco, la mutua caridad y la colaboración fraterna» entre las Iglesias católica y ortodoxa.

La Iglesia fue construida por el cardenal Mazarino en el siglo XVII al pie del palacio del Quirinal, actual residencia del presidente de la República de Italia, y residencia pontificia hasta el siglo XIX.