Santa Sede pide solidaridad internacional para levantar el asedio de Belén

Italia se niega por el momento a acoger a 13 palestinos «terroristas»

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CIUDAD DEL VATICANO, 8 mayo 2002 (ZENIT.org).- Dos cercanos colaboradores de Juan Pablo II han hecho este miércoles un apremiante llamamiento a todos los países para que cada quien se asuma el peso que implica la paz en Tierra Santa.

El cardenal Roger Etchegaray, enviado especial del Papa en Tierra Santa, pidió la solidaridad internacional para acabar con el asedio de la basílica de la Natividad de Belén, que no ha podido ser levantado ante la negativa de varios países de acoger a trece palestinos, calificados por Israel de «terroristas», refugiados en su interior.

Los refugiados, según un acuerdo alcanzado entre palestinos e israelíes con la mediación estadounidense, deberían haber sido acogidos por Italia. Ahora bien, el Gobierno de Roma se ha opuesto, pues en ningún momento de la negociación había sido informado oficialmente de esta posibilidad.

En una declaración efectuada al concluir su misión a Jerusalén, el cardenal Etchegaray reconoce con tristeza que este «nuevo obstáculo» «impide el desenlace feliz febrilmente esperado por todos».
<br> «Nadie puede quedar con los brazos cruzados, cuando las manos de todos deben formar una gran cadena de solidaridad, de Oriente a Occidente», añade.

El purpurado vasco-francés informa también en el comunicado, distribuido por la Sala de Prensa de la Santa Sede, que durante su visita hubiera querido visitar Belén, y rezar con los frailes franciscanos de la Natividad, pero sus «vivas suplicas» fueron rechazadas.

Por su parte, el cardenal Angelo Sodano, secretario de Estado vaticano, ha sido también muy explícito: «Los Estados, de manera equitativa, deben asumir cada uno su parte de compromiso para liberar la basílica de la Natividad en Belén».

En el marco de una visita al Santuario de la Virgen de Pompeya (sur de Italia), el brazo derecho del Papa en el gobierno de la Santa Sede, añadió este miércoles: «Italia ha estado siempre disponible a escuchar a todo el mundo» y confía en que «si hay proposiciones claras y concretas», Roma responderá positivamente.

El cardenal Sodano condenó el atentado del martes por la noche, cerca de Tel Aviv, como «un acto de una extrema gravedad, que no debe ser un obstáculo para la búsqueda infatigable de la paz».

«Ni las bombas ni los kamikazes pueden resolver el problema. La violencia no lleva a ningún sitio. Los israelíes deben respetar las resoluciones de la ONU y retirarse de los territorios ocupados y los palestinos deben admitir que con la violencia no se resuelven los problemas», afirmó.

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ZENIT Staff

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