ROMA, 10 mayo 2002 (ZENIT.org).- Más de 1.700 jóvenes en Toronto y mil en Roma participaron en una conexión entre universidades vía satélite con motivo del «University Day for Toronto», organizado el pasado miércoles por la Universidad La Sapienza de Roma, la Embajada de Canadá ante la Santa Sede y la Oficina de Pastoral Universitaria de Roma.
En la otra orilla del océano, al alcance de la gran pantalla, estaban los chicos de la Universidad de Toronto que repitieron la invitación a sus colegas de Roma: «No vemos cuando vengáis», dijo en nombre de los muchachos y muchachas canadienses Paolo Martelli, de claros orígenes italianos.
«Llevaremos juntos a Jesús a todos los ambientes», añadió.
El padre Thomas Rosica, director de la Comisión organizadora canadiense de la JMJ, añadió: «Venid, aquí no nos falta espacio».
Desde Roma, monseñor Cesare Nosiglia, vicegerente de la diócesis, envió el saludo de la Iglesia local: «El encuentro de esta tarde quiere echar un puente entre nosotros y vosotros. Nos une el mismo entusiasmo pero sobre todo la misma fe en Jesucristo».
El Papa no faltó a la cita. Las pantallas presentaron el breve saludo que dirigió a los protagonistas de la conexión al final de la audiencia general.
En francés, el Pontífice recordó que «es Cristo resucitado la sal de la tierra y la luz del mundo». Y será por tanto Él quien durante la JMJ «nos dará la fuerza y la alegría para seguir nuestra misión cotidiana».
Y luego en inglés se dirigió a los jóvenes canadienses subrayando: «Espero ver a muchos canadienses en la JMJ. Al venir juntos en nombre del Señor Jesucristo, os comprometeréis a ser sal de la tierra y luz del mundo». Un gran aplauso desde Torono acogió las palabras de Juan Pablo II.
El rector de La Sapienza, Giuseppe D´Ascenzo y su homólogo de la Universidad de Toronto, Robert Birgeneau, ofrecieron los honores de la casa, junto con el embajador canadiense ante el Vaticano Wilfrid-Guy Sicari.
Las notas del espectáculo musical «Forza venite gente» («Ánimo, venid gente»), de la orquesta y el coro dirigidos por el padre Massimo Palombella (en Roma) y del Coro de la JMJ (en Toronto) pusieron el ambiente.
Intervinieron también Kiko Argüello, iniciador del Camino Neocatecumental, y Salvatore Martínez, coordinador para Italia de la Renovación en el Espíritu.
Luego, se tomaron la palabra estudiantes y profesores. «Favoreced una espiritualidad cultural», propuso Dyanne Affonso desde Canadá. «Estudiad Bioética para promover la cultura de la vida», propuso Bill Sullivan. «Implicad a todos los jóvenes con el entusiasmo que nos transmite el Papa»,
propuso el representante de los estudiantes romanos, Massimo Romeo.
Al final el cardenal James-Francis Stafford, presidente del Pontificio Consejo para los Laicos, concluyó: «El viaje hacia Toronto ha empezado. Preparémonos con la escucha de la Palabra de Dios y la oración».
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