La Declaración fue aprobada por los 150 participantes (cardenales, obispos, religiosos y laicos) que participaron en el encuentro y será presentada en la cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea, América Latina y el Caribe, que tendrá lugar en Madrid los próximos viernes y sábado.
Por este motivo, es precedida de una carta abierta dirigida a José María Aznar, presidente del Gobierno Español y del Consejo Europeo.
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El Escorial, 14 de mayo de 2002
Excmo. Señor Don José Mª Aznar López
Presidente del Gobierno Español y del Consejo Europeo
Palacio de la Moncloa
MADRID
En calidad de representantes de la Iglesia Católica en América Latina, el Caribe y la Unión Europea nos hemos reunido en El Escorial para celebrar un Congreso Social con vistas a la II Cumbre de los Jefes de Estado y de Gobierno que tendrá lugar los días 17 y 18 de Mayo de 2002 en Madrid. En nuestras deliberaciones hemos constatado que tanto en el Norte como en el Sur estamos afectados por la creciente miseria, la violencia, el terrorismo, el tráfico de estupefacientes, la corrupción, la inestabilidad política y la debilidad de algunas democracias. Estamos preocupados por el fenómeno de la secularización y la crisis de valores en nuestra sociedad, pero nos alienta la búsqueda de espiritualidad, de sentido, de humanización y de nuevas respuestas, en los diversos campos, para esta nueva época de la humanidad.
Somos conscientes de que entre América Latina, el Caribe y Europa existen lazos muy profundos que, con sus luces y sus sombras, nos estimulan a mirar con sano realismo y sólida esperanza un futuro de mutua colaboración entre nuestras Iglesias y nuestros pueblos. Es preciso reconocer que Europa y Latinoamérica tienen la obligación de mirar el mundo globalizado desde dos ángulos diversos pero desde un propósito que, siendo común, identifica más de cinco siglos de diálogo, cuyos resultados son la base de la firme determinación de continuar profundizando el proceso de humanización.
El encuentro entre estos dos mundos no ha concluido. En estos días hemos querido dar un paso más reflexionando sobre los desafíos políticos, económicos y sociales más urgentes, tal y como se detalla en las páginas siguientes. De ellos resulta la necesidad de:
a. Dar prioridad a la dimensión social del desarrollo económico, sobre todo en la lucha contra la pobreza y en la creación de puestos de trabajo digno y de salarios justos;
b. Combatir la corrupción pública y privada, incluyendo el lavado de dinero del narcotráfico, a través de la promoción de una ética de responsabilidad en los negocios;
c. Velar por la protección del medioambiente, cuyo deterioro afecta potencialmente a toda la humanidad, a través de instrumentos políticos y legales efectivos;
d. Adecuar las estructuras de gobierno para asumir los desafíos de la globalización incluyendo la modernización del Estado, estructuras más eficientes de integración regional y de cooperación mundial, así como el fortalecimiento de la estabilidad democrática basado en la participación ciudadana que se expresa en una sociedad civil cada vez más activa y responsable.
Reciba Usted, Señor Presidente, nuestro respetuoso saludo y nuestras oraciones por el éxito de esta Cumbre.
De Ud. cordialmente,
+ Jorge Enrique Jiménez Carvajal
Presidente del CELAM
+ Josef Homeyer
Presidente de la COMECE
CONTRIBUCIÓN A LA II CUMBRE DE LA UNIÓN
EUROPEA, AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE
Encuentro de dos mundos
Por una sociedad global
humanizadora y solidaria
Derechos Humanos, Democracia y Seguridad
1. Es imperioso trabajar en conjunto para la mejora del sistema democrático, de la descentralización de la vida regional y de la organización municipal, aportando experiencias a través de un banco de iniciativas democráticas capaces de profundizar la realidad del Estado Social de Derecho. Un Estado Social de Derecho que se apoye sobre una democracia participativa es la condición para garantizar la seguridad y el respeto a todos los miembros de la sociedad.
2. No podemos permitir que se banalice la violencia ni se instrumentalice el don de la vida. El respeto a la vida provee es el fundamento ético esencial sin el cual ninguna sociedad puede subsistir como tal. Si desaparece el “no matarás”, con él puede desaparecer nuestra civilización.
3. La lucha contra los violadores de los derechos humanos y de quienes, en la confrontación, hacen caso omiso del Derecho Internacional Humanitario, debe recibir una atención prioritaria. Puede decirse que la presión constructiva de la Unión Europea es una condición indispensable para lograr el objetivo de una democracia humanitaria en América Latina; por ello recibimos con beneplácito la creación del Tribunal Penal Internacional.
4. Combatir la corrupción ha de ser una tarea conjunta e incansable. Como bien sabemos, no existe un corrupto público sin que, generalmente, haya un corruptor privado y no hay un corrupto nacional sin que exista un corruptor internacional. Frenar la corrupción significa, en buena parte, liberar recursos reales para el desarrollo. En el plano internacional animamos al Grupo de Río, que reúne los países de América Latina y el Caribe, y a la Unión Europea, a tomar iniciativas para comprometer a un mayor número de países y reforzar la Convención de la OCDE en la lucha contra la corrupción. Invitamos a los países firmantes, que no han adaptado todavía su legislación nacional a la convención mencionada, a que lo hagan lo más pronto posible.
5. Es indispensable que se frene el envío de precursores químicos que habilitan la producción de drogas; igualmente urge trabajar en el control de la demanda y en la congelación del dinero producto del comercio de la droga (narcotráfico) que permanece, por lo común, en los bancos norteamericanos y europeos. Consideramos muy importantes los esfuerzos realizados en el interior de las diferentes instituciones internacionales como el “Bank for International Settlements” y la OCDE. El grupo de acción financiera sobre el lavado de dinero, que trabaja en el seno de la OCDE, con el cual han colaborado otros países, acaba de publicar una lista de paraísos fiscales que no cooperan con las recomendaciones del mencionado Grupo. Pedimos a los participantes en la Cumbre que persuadan a estos países sobre la utilidad de esta cooperación.
6. Igual cuidado debe tenerse con el dinero proveniente de las narcoguerrillas, de la extorsión y el secuestro que no en todos los países ha sido congelado. Una de las mejores contribuciones a la paz la constituye la congelación de los recursos de quienes atentan contra ella.
7. Urge controlar y disminuir drásticamente la carrera armamentista que demanda un gasto ingente de recursos orientados a la muerte de muchos y que profundiza la deuda social con los pobres.
8. Urge trabajar en favor de las minorías más desprotegidas y luchar con todas nuestras fuerzas contra las formas modernas de esclavitud y el tráfico de seres humanos. A este propósito recordamos la importancia del protocolo para prevenir, suprimir y castigar el tráfico de personas que protege la Convención de las Naciones Unidas contra el crimen transnacional organizado. Este protocolo debería servir como modelo para las legislaciones nacionales. Pedimos a los Jefes de Estado y de Gobierno que ejerzan presión diplomática con aquellos países que todavía no han firmado la Convención y el protocolo mencionados, con el objeto de que lo hagan.
Naciones, Integración Regional y Globalización
9. Es necesario que, bajo el signo de la globalización, Europa y los países de América Latina y del Caribe, partan en sus relaciones del reconocimiento de valores comunes que les permit
a mirar hacia un mismo porvenir. Para ello se requiere ir más allá de todo nominalismo. No se trata de coincidir en palabras como dignidad de la persona, libertad, solidaridad, justicia, democracia, participación, sociedad civil, derechos humanos y otras más, sino saber qué hay detrás de ellas, qué compromisos encierran. De ahí que sea preciso revisar qué clase de mundo queremos construir (globalización), qué clase de sociedad es posible diseñar (localización) que estén acordes con un ser humano capaz de reconocerse como tal y de buscar con los otros (participación) la realización de su destino. En este sentido y conforme al principio de subsidiaridad, creemos en la necesidad de una nueva articulación entre las naciones, grupos regionales de países y gobierno mundial.
10. Hablamos, por tanto, de la utopía de los fines. No se debe dar paso a un mundo arrinconado por el miedo y por el terror. Es preciso crear una conciencia clara de que el sentido de la vida no contradice sino coincide con el logro de comunidades actuantes que intercambian recursos, dones, experiencias, conocimientos y bienes.
11. Para ello es preciso entender que la solidaridad es el valor eje de la realidad globalizadora. Sin ella la globalización no será otra cosa que el rostro reconocido del más fuerte sobre el más débil, del más rico sobre el más pobre, del norte sobre el sur. Es urgente realizar una nueva alianza entre países desarrollados y países en desarrollo, como ha sido recordado en la reciente conferencia sobre la financiación para el desarrollo en Monterrey-México. Esta nueva forma de alianza debe reconocer, como se explicita en el Acuerdo de Monterrey, que el papel del Estado en una economía de mercado puede ser diferente según el nivel de desarrollo alcanzado.
12. En diferentes niveles de desarrollo y en grados diversos, los países de los dos continentes se han comprometido en la integración regional. En el caso de la Unión Europea se han evidenciado compartiendo aspectos de la soberanía nacional en campos muy importantes como la moneda, la política de la competencia y la del comercio exterior. En América Latina y el Caribe los primeros pasos importantes en esta dirección se han realizado a través de bloques sub-regionales. Estos progresos en la integración regional merecen ser continuados porque el acercamiento político de los países vecinos constituye una respuesta esencial al problema del gobierno mundial. El desafío para la Unión Europea consiste, hoy, en lograr la adhesión de los países de Europa Central y Oriental a fin de permitir una verdadera unificación de Europa. Para América Latina y el Caribe, esperamos un movimiento dinámico para lograr la convergencia de los bloques subregionales hacia la verdadera unidad de la región.
13. Con mirada más audaz, esperamos que nuestros gobernantes colaboren en la reforma de la actual arquitectura internacional con el objetivo de lograr un sistema de mejor gobierno mundial, con el ejercicio equitativo de la justicia, el alejamiento de las guerras y la opción preferencial por los pobres y excluidos. La ocasión más cercana la tendrán en la cumbre de Johannesburgo dedicada al desarrollo sostenible.
Equidad social y desarrollo sostenible
14. Urge hacerse a la tarea de cerrar de una vez la brecha entre ricos y pobres. Es innegable el escandaloso nivel de pobreza y su progresión, que ponen bajo interrogante la democracia y el estado de derecho; es, asimismo, causa real de la inseguridad social y de la violencia. Luchar contra la pobreza es también el mejor medio para proteger el entorno. El desarrollo sostenible comienza por la creación de más oportunidades para los más pobres, así como de compromiso con ellos.
15. La pobreza cómo fenómeno global, es cierto, obedece a profundos desequilibrios sociales internos pero está igualmente reforzada por la falta de oportunidades comerciales de las naciones de Latinoamérica y de África en el comercio internacional, especialmente en el europeo. Por tanto, las iniciativas de la cooperación internacional debieran orientarse preferentemente a habilitar esta tarea productiva que encuentre en el comercio su mayor apoyo. El acuerdo de asociación entre la Unión Europea y México y el intento político de acuerdo entre la Unión Europea y Chile, nos parece que establecen un modelo que podría aplicarse en el conjunto de los países de América Latina y el Caribe, con vistas a una verdadera coparticipación económica entre nuestros continentes.
16. El mencionado acuerdo entre la Unión Europea y Chile, con sus múltiples dimensiones e innovaciones (inclusión de servicios, acuerdo sobre inversiones, la definición de funciones públicas, las reglas sobre la competencia y la propiedad intelectual y un sistema de regulación de conflictos) deberían estimular las negociaciones comerciales entre el MERCOSUR y la Unión Europea. Daría una perspectiva, a medio plazo, sobre las relaciones entre la Unión Europea y el Pacto Andino, lo mismo que entre la Unión Europea y el Mercado Común Centroamericano-MCCA. Esperamos también un rápido progreso en la negociación entre la Unión Europea y el Mercado Común del Caribe-CARICOM. En fin, es de esperar que este tipo de acuerdos dé también un impulso a las negociaciones en el seno de la Organización Mundial del Comercio-OMC y en los cuadros del nuevo ciclo del desarrollo.
17. Es imprescindible crear una fórmula que permita evitar la fuga de capitales de Latinoamérica hacia Europa e incrementar la inversión de Europa en América Latina. Por otra parte, es necesario disponer las medidas necesarias para aliviar o condonar la deuda externa de los países más pobres, teniendo presente que el servicio de la misma ha supuesto intereses altísimos que hipotecan sus economías. A cambio de la reducción o condonación de la deuda, los gobiernos de América Latina y el Caribe, podrían aprobar una presencia atenta de los gobiernos de la Unión Europea para velar porque estos ahorros sean invertidos en los gastos sociales más urgentes.
18. Es imperioso ocuparse de los asilados políticos y de los migrantes que buscan en el Norte nuevas oportunidades, así como en el siglo pasado los pueblos del Sur tuvieron ocasión de acoger a los que procedían de Europa. Unos y otros son la presencia más real de la interdependencia entre nuestros pueblos. Abrir las fronteras, legalizar su situación y velar porque no se explote a los indocumentados, aprovechando su precaria situación legal, son pasos que hay que dar sin dilación.
19. Es también importante afrontar el hecho del desempleo, la jubilación y el tiempo de ocio que conllevan problemas económicos y cuestionan el sentido de la vida. Especial preocupación ha de tenerse con la promoción de la vida familiarl y las oportunidades laborales de los jóvenes que, aún con formación superior, encuentran difícil insertarse en la sociedad.
20. Más grave aún es la situación de los « niños trabajadores » que, teniendo que aportar ayudas al hogar, pierden las oportunidades de formación y capacitación.
21. En esta empresa deberíamos aprender a ayudarnos mutuamente sin esperar la pronta compensación de las aportaciones realizadas. La gratuidad es fuerza invencible en la cooperación entre los pueblos. En todo caso, si en la primera mitad del siglo XX América Latina dio su mano a Europa, que en la primera mitad del siglo XXI sea Europa la que se haga cargo de apoyar a América Latina y el Caribe. En este empeño los países de la Unión Europea se comprometieron a ofrecer al desarrollo el 0,7% del PNB. Por ello pedimos que se establezca una fecha para el cumplimiento de este objetivo.
22. Es necesario poner a disposición de América Latina y del Caribe la riqueza inestimable que constituyen los medicamentos. En buena parte ellos son tan sólo una contraprestación de lo aportado a la ciencia por una biodiversidad todavía llena de secretos. La última reunión ministerial de la OMC en
Doha demuestra claramente en su declaración sobre el tema, la posibilidad de acuerdos entre las exigencias de la protección de la propiedad intelectual y el acceso a los medicamentos.
23. Urge elaborar y practicar una sana percepción de la ecología que ha resultado ser la mayor riqueza vital de los países pobres, a fin de hacer de ella un patrimonio renovable y creciente de la humanidad por la que es preciso intercambiar bienes de desarrollo real que permitan eliminar la reducción de los recursos ecológicos. El futuro común, el desarrollo sostenible, exigen el intercambio permanente de bienes de supervivencia entre pobres y ricos, exigencia que se hace urgente ante las catástrofes naturales que demandan una ayuda inmediata. Apoyamos los esfuerzos políticos de cooperación más estrecha entre la Unión Europea y América Latina en la prevención de las mismas.
Diversidad cultural en la sociedad de la información
24. Europa y Latinoamérica han de compartir la convicción de que diversidad sin unidad es anarquía y unidad sin diversidad es tiranía. La globalización no es uniformidad sino un punto de convergencia de lo diferente que conserva la personalidad de cada pueblo y la pone en diálogo con los demás. Es importante resaltar la aportación enriquecedora de las culturas originarias de América Latina en el proceso de globalización.
25. Hay que desarrollar la cooperación internacional en los ámbitos agrícola, tecnológico y científico y crear conexiones eficientes y justas de cooperación real, de transferencia tecnológica y de intercambio científico. En estas materias ocupan un lugar decisivo las experiencias biogenéticas que deben ser reguladas por la bioética. El último informe sobre desarrollo humano constató que los compromisos para facilitar las transferencias de tecnología hacia países en desarrollo solo existen sobre el papel y que su aplicación ha sido descuidada frecuentemente. Esperamos que la cumbre entre la Unión Europea y América Latina pueda dar una fuerte señal para redoblar los esfuerzos más importantes en este terreno.
26. Es de desear que la Unión Europea abra un camino mucho más amplio en sus alcances en el ámbito de la cooperación para el conocimiento, mediante la capacitación y dotación de multiplicadores aptos para liderar el ingreso y mantenimiento de las naciones en el mercado global del conocimiento. Para ello se puede reforzar el otorgamiento de becas de postgrado y velar porque quienes reciban estos beneficios vuelvan a sus países de origen a ejercer sus profesiones y a aportar sus talentos. Damos la bienvenida a las iniciativas recientes de la Comisión Europea para becar a estudiantes e investigadores.
27. Existe una brecha en cuanto a la tecnología digital entre la Unión Europea y América Latina. En la Unión Europea hay 25 veces más conexiones de Internet que en América Latina; y también existen disparidades entre los mismos países. En una sociedad y una economía en las que el conocimiento y la información constituyen un nueva forma de capital, se requiere, más que antes, un mayor nivel de educación y de capacitación para promover la activa participación. Por esta razón, acogemos y estimulamos el programa @LIS de la Comisión Europea destinado a promover la cooperación entre la Unión Europea y América Latina en la sociedad de la información.
PALABRAS FINALES
28. La interdependencia más visible y material de los países exige métodos nuevos en la política internacional, como son los encuentros de los Jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea, América Latina y el Caribe. Un nuevo encuentro de este tipo tendrá lugar en el año 2005 en un país latinoamericano, para profundizar en cuestiones como la seguridad internacional y el papel de la integración regional para el gobierno mundial y para abordar el tema de las migraciones
29. Ante esta creciente interdependencia y la necesidad de vivir una “intimidad mundial” favorecida por los medios de comunicación, creyendo interpretar a los miembros de la Iglesia, solicitamos serena pero firmemente a nuestros gobernantes que, teniendo en cuenta este fenómeno, ejerzan con decisión el liderazgo que el pueblo les ha confiado. Todos dependemos de este liderazgo, cuya timidez o ausencia agudiza los problemas. En cambio, la decisión por el bien común es un acicate para la interdependencia y tiene un valor educativo para las generaciones más jóvenes.
30. El CELAM y la COMECE acompañarán crítica y constructivamente la alianza política entre la Unión Europea, América Latina y el Caribe en el desarrollo de estos programas. Igualmente, la COMECE y el CELAM asumen la obligación de llevar adelante las tareas de trabajo conjunto entre los Episcopados de las dos regiones como continuación lógica de este primer encuentro.
31. En el pasado reciente muchos países establecieron Comisiones de Verdad para ayudar a superar los traumas y las heridas de guerras y regímenes autoritarios y para dar pasos audaces en pos de la reconciliación. Este puede ser el tiempo oportuno para crear Comisiones de Esperanza en las que puedan participar las instituciones y personalidades más representativas de nuestros países y de las regiones del mundo que representamos en este encuentro. Ellas pueden ser una aportación original y profética para restablecer la confianza en el futuro de la humanidad.
32. Nosotros nos comprometemos a contribuir a esta esperanza, proclamando con más entusiasmo el anuncio del Evangelio de Jesús que, por experiencia lo sabemos, es fuente de sabiduría y de inspiración, de amor y de confianza, de sanación interior y liberación social, y guía seguro para el progreso de la vida en su conjunto.
El Escorial, 14 de Mayo del 2002.
+ Jorge Enrique Jiménez Carvajal
Presidente del CELAM
+ Josef Homeyer
Presidente de la COMECE