CIUDAD DEL VATICANO, 14 mayo 2002 (ZENIT.org).- Juan Pablo II considera que del diálogo entre la Iglesia y las culturas depende la nueva evangelización y el futuro mismo de la humanidad.
El pontífice hace esta contundente afirmación en un mensaje escrito con motivo del vigésimo aniversario de la creación del Consejo Pontificio para la Cultura, presidido por el cardenal Paul Poupard.
«Desde el inicio de mi pontificado he aprovechado toda oportunidad para recalcar la importancia del diálogo entre la Iglesia y las culturas», dice el obispo de Roma en su misiva al purpurado francés. <br>
«Es un ámbito vital no sólo para la nueva evangelización y la inculturación de la fe, sino también par el destino del mundo y el futuro de la humanidad», añade.
El Consejo Pontificio para la Cultura fue creado por el Papa Karol Wojtyla el 20 de mayo de 1982 con el objetivo de promover el encuentro entre el mensaje salvífico del Evangelio y las culturas actuales, como explicó él mismo en el «Motu Proprio» «Inde a Pontificatus» (25 de marzo de 1993).
En ese documento, el Santo Padre decidió unir en 1993 a este Consejo las atribuciones que antes tenía el Consejo Pontificio para el diálogo con los no creyentes, que había sido instituido por Pablo VI en 1965.
Desde entonces el Consejo Pontificio para la Cultura promueve, además, el estudio del problema de la falta de fe y de la indiferencia religiosa, en particular de sus causas y consecuencias para la fe cristiana.
En su mensaje, el Papa hace un análisis de los cambios que han experimentado los modelos de pensamiento y las costumbres de las sociedades en estos últimos 20 años, constatando que «las modernas tecnologías de la comunicación han influido notablemente en las relaciones del hombre con la naturaleza, así como consigo mismo y con los demás».
«La misma globalización, que inicialmente relacionada con el ámbito económico, se ha convertido hoy por hoy en un fenómeno que afecta también a otros sectores de la vida humana», sigue diciendo.
En este contexto, el pontífice repite en su mensaje una de las frases características de su pontificado que acuñó al crear este Consejo Pontificio: «Una fe que no se hace cultura es una fe no plenamente acogida, no totalmente pensada, no fielmente vivida».
El Papa concluye su mensaje alentando al cardenal Poupard y a los miembros del Consejo Pontificio para la Cultura a «continuar por el camino emprendido, haciendo que la voz de la Santa Sede pueda llegar a los diferentes «areópagos» de la cultura moderna, manteniendo contactos proficuos con los cultores del arte y de la ciencia, de las letras y de la filosofía».