CIUDAD DEL VATICANO, 17 mayo 2002 (ZENIT.org).- Juan Pablo II cumplirá este sábado 82 años, como al él le gusta: trabajando y encontrándose con unos siete mil jóvenes.
Al final de la comida de ese día no faltará una tarta de cumpleaños (el plato preferido del pontífice es el postre) preparada por sor Germana, una de las religiosas polacas que le atienden.
El cumpleaños del obispo de Roma no es fiesta en el Vaticano, de manera que las actividades de sus 4 mil funcionarios se desarrollarán ordinariamente. A mediodía, sin embargo, rezarán en sus puestos de trabajo durante la oración mariana del «Angelus» por el pontífice.
En la mañana, el Papa, según han anunciado fuentes de prensa, debería dedicarse a preparar las Jornadas Mundiales de la Juventud de Toronto, que tendrán lugar a finales de julio, con el alcalde de esa ciudad, Mel Lastman, judío y entusiasta promotor del encuentro que reunirá a más de medio millón de chicos y chicas en esas ciudad.
La auténtica fiesta vendrá después, cuando se encuentre con siete mil jóvenes venidos a Roma para celebrar el tercer centenario de la presencia en Italia de los Hermanos de las Escuelas Cristianas, congregación religiosa fundada por el santo normando Juan Bautista de la Salle (1651-1719).
El padre Álvaro Rodríguez, superior de la Congregación, hermano del ex presidente de Costa Rica, pronunciará las palabras de felicitación al Papa, haciéndose en cierto sentido portavoz de los sentimientos de los más de mil millones católicos del mundo.
Acompañados por la orquesta napolitana de los Hermanos de las Escuelas Cristianas, los siete mil «invitados» cantarán juntos «¡Feliz cumpleaños, Santo Padre!».