CIUDAD DEL VATICANO, 20 mayo 2002 (ZENIT.org).- Juan Pablo II y el presidente de Brasil mantuvieron un encuentro este lunes caracterizado por el buen humor y por una atmósfera «alegre y cariñosa», como la describieron testigos oculares.
Fernando Henrique Cardoso vino al Vaticano para participar este domingo en la canonización de la primera santa brasileña, la madre Paulina del Corazón Agonizante de Jesús (1865-1942).
Tras el agotador fin de semana de cumpleaños, Juan Pablo II que también este lunes mantuvo una jornada llena de audiencias, demostró encontrarse en mejores condiciones físicas.
Su conversación con Cardoso estuvo marcada por el buen humor. Hablando sobre la misión del Papa, Juan Pablo II explicó que el obispo de Roma no sólo es un pastor, sino también «un gaucho», en referencia a los jinetes que cuidan del ganado en las grandes extensiones de terreno de Río Grande del Sur (Brasil), de Argentina y Uruguay.
Cardoso, que vino con su esposa, Ruth, y su nieto, Pedro, de 8 años, respondió también con buen humor, asegurando que el Papa «no es sólo un gaucho, sino también un carioca (habitante de Río de Janeiro) y un brasileño».
Juntos recordaron las visitas que el pontífice realizó a Brasil, el país con el mayor número de católicos, en 1980, 1982, 1991 y 1997.
La madre Paulina del Corazón Agonizante de Jesús, nació en Trento (Italia), en 1865. Llegó a Brasil, a Nova Trento, con su familia, cuando tenía nueve años de edad. Se convertiría en una evangelizadora de los pobres y necesitados fundando la congregación de las Hermanitas de la Inmaculada Concepción.
