CIUDAD DEL VATICANO, 20 mayo 2002 (ZENIT.org).- Juan Pablo II ha hecho un llamamiento a los católicos a ser misioneros del Evangelio de Cristo a través del diálogo y el perdón, en el nuevo contexto mundial.
El pontífice hace esta invitación en el mensaje que ha escrito con motivo de la Jornada Misionera Mundial, que se celebrará el próximo domingo 20 de octubre. con el lema «La misión es anuncio de perdón».
Urgencia de la misión
Ante ciertas corrientes teológicas que equiparan el valor salvífico de las religiones, el Santo Padre comienza constatando que «al inicio del tercer milenio cristiano se impone con mayor urgencia el deber de la misión».
«Sólo el amor de Dios, capaz de hermanar a los hombres de toda raza y cultura, podrá hacer desaparecer las dolorosas divisiones, los contrastes ideológicos, las desigualdades económicas y los violentos atropellos que oprimen todavía a la humanidad», explica el mensaje pontificio.
Este compromiso, según el Papa, no es simple filantropía, sino respuesta al amor de Jesús. «Mediante la evangelización –subraya–, los creyentes ayudan a los hombres a reconocerse hermanos y, como peregrinos en la tierra, aunque por caminos diversos, todos encaminados hacia la Patria común que Dios no cesa de señalarnos, a través de caminos conocidos sólo por Él».
Diálogo
Por eso, explica, «el camino de la misión es el diálogo sincero; el diálogo que no nace de una táctica o de un interés, pero que tampoco es fin en sí mismo», aclara.
«El diálogo –insiste– más bien hace hablar al otro con estima y comprensión, afirmando los principios en que se cree y anunciando con amor las verdades más profundas de la fe, que son alegría, esperanza y sentido de la existencia».
Por eso, afirma, «el empeño por un diálogo atento y respetuoso es una «conditio sine qua non» para un auténtico testimonio del amor salvífico de Dios».
Perdón
«Este diálogo está profundamente ligado a la voluntad de perdón, porque quien perdona abre el corazón a los demás y se hace capaz de amar, de comprender al hermano y de entrar en sintonía con él», añade el Papa Wojtyla.
«La práctica del perdón, según el ejemplo de Jesús, desafía y abre los corazones, cura las heridas del pecado y de la división y crea verdadera comunión», aclara.
El mensaje del Papa para el Domingo Mundial de las Misiones concluye con una invitación a los mil millones de católicos a «no avergonzarse del Evangelio».
«Nunca hay que tener miedo de proclamarse cristianos, silenciando la propia fe. Es necesario, al contrario, continuar hablando, ensanchando los espacios del anuncio de la salvación, porque Jesús ha prometido permanecer siempre y en toda circunstancia presente en medio de sus discípulos».