ROMA, 21 mayo 2002 (ZENIT.org).- Quien defiende el terrorismo no puede llamarse musulmán, afirma uno de los máximos exponentes islámicos del diálogo con el cristianismo.
«Osama Ben Laden, al igual que los fundamentalistas que practican el terrorismo, no son verdaderos musulmanes. Manipulan el Corán con fines políticos. Hacen una manipulación de la religión, no representan a los creyentes del Islam», considera el doctor Muhammad Sammak.
Secretario general de la Comisión Nacional para el Diálogo Islámico-Cristiano en Líbano, Sammak intervino el 17 de mayo en un congreso organizado por el Instituto Pontificio de Estudios Árabes e Islámicos (PISAI) para afrontar la posición de «El mundo musulmán después del 11 de septiembre».
El PISAI, fundado en 1926, con sede actualmente en Roma, tiene por objetivo perfeccionar los estudios de eclesiásticos y laicos sobre la lengua y literatura árabe, así como sobre la religión e instituciones del Islam. El congreso fue patrocinado por la estadounidense Bradley Foundation [http://www.bradleyfdn.org].
«El atroz crimen del 11 de septiembre –explicó el profesor libanés– ha sido condenado como terrorismo injustificado por muchos líderes musulmanes, que lo han definido inhumano y contra el Islam. Por esto creo que la postura estadounidense respecto al Islam debe ser revisada».
El doctor Sammak ha explicado que «inmediatamente tras el 11 de septiembre, Estados Unidos pidió a diversos países islámicos que cerraran las escuelas religiosas donde se enseñaba la «guerra santa». Pakistán obedeció a EE.UU. En Somalia, los señores de a guerra se dijeron de acuerdo pero luego no hicieron nada. En Sudán, trataron de tener buenas relaciones con EE.UU. pero no tocaron las escuelas religiosas. En Egipto, el ministro de educación rechazó la invitación estadounidense porque esto ponía en peligro la soberanía y la tradición religiosa del país».
Según el experto libanés, el problema es que «los estadounidenses están trabajando en Oriente Medio con la estrategia de la guerra fría».
Sammak considera que «la idea de que no existe separación entre estado y religión en los países islámicos es una simplificación. El verdadero Islam se basa en la fraternidad, el respeto a los derechos humanos y a las enseñanzas de Dios».
Asimismo precisó que «Osama Ben Laden no tiene nada que ver con la causa palestina, que dura desde hace 50 años. Los terroristas están tratando de manipular la causa palestina para justificar sus acciones. El verdadero Islam condena a los terroristas que están cometiendo crímenes contra la
humanidad».
