La iglesia católica de Bakú fue destruida por Stalin en los años treinta del siglo XX. Ahora, el presidente ex comunista Heider Aliev, al concluir la visita, donó al Santo Padre un terreno en el centro de Bakú para la construcción de una iglesia católica.
El padre salesiano Vladimir Feteke, uno de los organizadores del viaje del Papa, ha declarado a la agencia misionera Fides: «Juan Pablo II ha dado una inmensa alegría a la pequeña comunidad católica. Durante la Santa Misa celebrada por el Papa, hemos improvisado la bendición de la primera piedra de la nueva iglesia. Estamos encantados: tendremos la primera nueva iglesia de Azerbaiyán».
Unas cinco personas se reunieron en torno al Santo Padre para participar en la misa de este jueves. Los católicos eran sólo 500. Fueron encuadrados por la TV azerí, que transmitió toda la ceremonia en directo.
«Es un milagro --dice el padre Vladimir--. ¡Un auténtico milagro! Setenta años de vacío moral y espiritual dejado por el comunismo no han apagado la sed de Dios. Por eso, toda la población de Azerbaiyán ha seguido con gran interés la visita del Papa».
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May 23, 2002 00:00