ROMA, 30 mayo 2002 (ZENIT.org).- La Santa Sede publicará un documento en preparación de la cumbre mundial convocada por la ONU en Johannesburgo (Sudáfrica) sobre «desarrollo sostenible» en el que propone hablar más bien de «desarrollo integral y solidario».
La noticia fue dada este miércoles por el obispo Giampaolo Crepaldi, secretario del Consejo Pontificio para la Justicia y la Paz, en un Simposio internacional organizado por el Ateneo Pontificio «Regina Apostolorum» de Roma para preparar este acontecimiento.
Diez años después de la «Cumbre de la Tierra» celebrada en Río de Janeiro, la Conferencia mundial convocará del 26 de agosto al 4 de septiembre a gobiernos, organizaciones no gubernamentales, empresarios y otros sectores de la sociedad civil para analizar los resultados alcanzados en la relación desarrollo y respeto del ambiente [ http://www.johannesburgsummit.org/ ].
En el Simposio celebrado este miércoles en Roma, que llevaba por tema «Población, desarrollo, y ambiente hacia Johannesburgo: debate y propuestas», monseñor Crepaldi explicó que el documento vaticano habla de desarrollo «de todo el hombre y de todos los hombres».
En el texto de la Santa Sede, que comenzará a distribuirse entre los participantes de la reunión preparatoria convocada en Bali por la ONU del 27 de mayo al 7 de junio de 2002, «se pide que la globalización no mortifique las identidades culturales, pero al mismo tiempo pide que la identidad cultural no se bloquee ante la perspectiva de la globalización».
El texto vaticano da particular importancia a los principios de «subsidiariedad y solidaridad» para subrayar el compromiso de la lucha contra la pobreza, aclaró el prelado, y pide prestar «una atención particular a la población rural que constituye la mitad de la población mundial».
Por último, la propuesta de la Santa Sede alienta «el crecimiento de la cooperación internacional para un buen gobierno. Problema que afecta sobre todo a los países en vías de desarrollo, donde el problema de la corrupción es todavía determinante».
El padre Paolo Scarafoni, rector del Ateneo Pontificio «Regina Apostolorum» inauguró el simposio respondendo a algunas corrientes ecologistas «ecocéntricas» que acusan al cristianismo de poner al hombre en el centro del cosmos, atentando así contra la naturaleza.
«Un auténtico antropocentrismo –aclaró Scarafoni– no puede ser contrario al respeto y a la conservación de la naturaleza, del ambiente, en el que el hombre está integrado y del que se debe servir con responsabilidad».
El congreso, concluyó con la intervención del cardenal Alfonso López Trujillo, presidente del Consejo Pontificio para la Familia, quien constató que el «mito» de la «explosión demográfica» ha sido deletéreo para las políticas familiares de muchos países.
«Hoy –añadió López Trujillo– todos pueden constatar que el mito demográfico ha sido una mentira clamorosa. Europa en particular está sufriendo el clima helador de un invierno demográfico cuyas implicaciones son bastante preocupantes».
El purpurado concluyó pidiendo que se eviten dos extremos: «por una parte, un abuso irresponsable de los recursos naturales sacrificados a ganancias inmediatas; y por otra, una reverencia exagerada, incluso supersticiosa, de la tierra».
«Ver el futuro en términos de familia quiere decir dejar una herencia a nuestros descendientes, pero no significa emprender pasos egoístas para asegurar que no haya descendientes», afirmó.