ROMA, 14 mayo 2002 (ZENIT.org).- La Iglesia «se siente en su casa en Europa» y por ello espera que se le reconozca «su ciudadanía Europea», afirma el hombre de Juan Pablo II para las relaciones con los Estados.
El arzobispo Jean Louis Tauran hizo estas declaraciones este lunes, al intervenir en el Congreso sobre «El futuro de la nueva Europa», organizado por el centro internacional de Comunión y Liberación y en Roma.
Las palabras de representante vaticano tienen lugar cuando han comenzado las sesiones de trabajo de la Convención Europea, un proceso abierto a la participación política y civil incluso de los Estados candidatos a entrar en la Unión Europea para delinear el futuro institucional de la misma.
El prelado francés recordó que «la primera vez que en la edad moderna se habla de Europa se debe a un Papa, Nicolás V, en 1453, el año de la caída de Constantinopla. El término, en efecto, había caído en desuso desde hacía muchos siglos».
La misma idea de una Europa unida, preguntó, «¿no fue justo Dante Alighieri quien la balbuceó ya al inicio del siglo XIV?» añadió el secretario vaticano para las Relaciones con los Estados.
La Iglesia, por tanto, «se siente en su casa en Europa y ha modelado las grandes instituciones sobre las que se funda e viejo continente porque como decía Pablo VI, Europa ha nacido de la cruz, del libro y del arado».
E incluso hoy «el patrimonio cristiano está siempre activo y es creador de cultura». Es natural, por tanto, que en el futuro «las Iglesias esperen ver reconocidos sus propios ordenamientos jurídicos» sobre todo para sustraerlos «al arbitrio del momento político».
En el encuentro intervino también el viceprimer ministro italiano Gianfranco Fini para reconocer que el continente «tiene necesidad de un suplemento de alma» y su Constitución no deberá hacer referencia genéricamente a los «valores espirituales» (como sucede en la Carta de Derechos Fundamentales de la UE), sino más bien a los «concretamente religiosos y cristianos».
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May 14, 2002 00:00