«Los fieles fueron arrestados cuando se encontraban en sus casas, rezando, asistiendo a una homilía o estudiando el catecismo en iglesias clandestinas», aseguró la fuente en declaraciones publicadas por la agencia EFE.

Según el citado comité, esas detenciones forman parte de la campaña de represión de grupos religiosos, espirituales y secesionistas, vinculada estrechamente con la celebración del XVI Congreso del Partido Comunista de China en noviembre, que tiene lugar cada cinco años.

El régimen comunista estrecha el cerco sobre los grupos considerados «anticomunistas» en víspera de eventos políticos y sociales de gran importancia para el Partido Comunista de China, en un intento de evitar que atraigan con sus protestas la atención de los medios de comunicación internacionales, explica el comité.

Las operaciones policiales contra las iglesias clandestinas suelen incluir la detención de los sacerdotes, así como de los fieles adultos, y su ingreso durante varios años en campos de lo que denominan «reeducación por el trabajo» o «laogai», mientras que los menores son puestos en libertad después de varias horas de simple reprimenda como castigo por profesar su fe.