CIUDAD DEL VATICANO, 16 agosto 2002 (ZENIT.org).- En un mensaje enviado para condenar un atentado terrorista de ETA, Juan Pablo II afirma que el final del terrorismo en el País Vasco constituye el «anhelo» de «toda la comunidad eclesial».

Las palabras pontificias pueden leerse en un telegrama dirigido al obispo de la diócesis de Orihuela-Alicante, monseñor Victorio Oliver Domingo, tras el atentado del pasado 4 de agosto en la localidad turística de Santa Pola, en el que perdieron la vida una niña de seis años, un hombre, y 29 personas quedaron heridas.

El Santo Padre expresa en la misiva «una vez más su firme reprobación de tales actos injustificables que ofenden a Dios, violan el fundamental derecho a la vida y atentan a la pacífica convivencia, anhelo tan sentido por toda la comunidad eclesial y por el noble pueblo español».

El obispo de Roma, en el texto que fue enviado por el cardenal Angelo Sodano, secretario de Estado vaticano, «mientras ofrece sufragios por el eterno descanso de los fallecidos, asegura su cercanía a las familias que lloran a sus seres queridos».

El telegrama concluye «alentando al querido pueblo español a proseguir con constancia y sin desánimos en el camino hacia una convivencia pacífica y serena».