BELÉN, 17 diciembre 2002 (ZENIT.org).- La Custodia de Tierra Santa --de la Orden de los Frailes Menores (OFM)-- lanzó este lunes un llamamiento para que se respete la Navidad y la importancia de esta fiesta para los cristianos de Belén y de todo el mundo.
Por ello piden que «las celebraciones de Navidad y de Epifanía tengan lugar en un clima de serenidad y de buena voluntad».
«Mientras los ojos de todo el mundo cristiano miran hacia Belén --dice el mensaje--, nos dirigimos con respetuosa insistencia a todas las partes, las autoridades, las fuerzas y las organizaciones presentes en la zona para que expresen y mantengan el empeño en consentir que, juntos, las celebraciones religiosas puedan desarrollarse libremente como signo de esperanza en un futuro de paz para Belén y Tierra Santa».
La actual ocupación israelí de Belén comenzó el 22 de noviembre pasado, pocas horas después de que un palestino --que había salido de esta ciudad-- cometiera una masacre en un autobús de la cercana Jerusalén.
Es deseo de los religiosos que las partes mencionadas «entiendan y respeten la importancia de la Navidad para los fieles cristianos en Belén y en todo el mundo, así como la especial resonancia de la celebración del nacimiento del Príncipe de la Paz para las poblaciones de todo lugar», en especial a la luz de los llamamientos del Santo Padre.
«Es ciertamente nuestro sagrado deber --continúa el comunicado-- llevar a término las específicas observancias religiosas en toda circunstancia, como hicimos en ocasión de la fiesta de Santa Catalina, el 23 y 24 de noviembre pasado».
«Nuestra capacidad de hacerlo, hay que recordarlo, está garantizada también por las leyes internacionales, incluidos los acuerdos entre israelíes y palestinos», subraya la Custodia de Tierra Santa.
«Al mismo tiempo --añade--, esperamos y deseamos que los fieles cristianos de Belén y sus vecinos puedan participar en los ritos sin el temor de restricciones y que también los peregrinos y los visitantes puedan beneficiarse del libre acceso».
Finalmente, los religiosos concluyen su llamamiento desando que «en medio de un continuo conflicto, con su amarga cosecha de muerte y destrucción, y vistos los traumáticos sucesos de la Basílica de la Natividad a principios de año», una Navidad serena en Belén pueda representar un «firme testimonio de que la paz es posible» y que puede alcanzarse sólo «con la buena voluntad de ambas partes».
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Dec 17, 2002 00:00