CIUDAD DEL VATICANO, 1 enero 2003 (ZENIT.org).- El hipotético nacimiento del primer bebé clonado anunciado por la secta de los Raelianos, es, de por sí, una «expresión de una mentalidad brutal, desprovista de cualquier consideración ética y humana», ha aclarado la Santa Sede.
La declaración fue hecha pública por el director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Joaquín Navarro-Valls, el 28 de diciembre pasado, observando que «el anuncio, sin ningún elemento de prueba, ha provocado ya el escepticismo y la condena moral de gran parte de la comunidad científica internacional».
Según ha declarado en una rueda de prensa organizada en Orlando, Brigitte Boisselier, directora científica de «Clonaid» y «obispo» de la secta de los raelianos, el 26 de diciembre a las 11.55 (hora de Florida, Estados Unidos) nació por cesárea Eva, una niña, primer bebé clonado.
«Clonaid», cuyas oficinas se encuentran en Las Vegas (Nevada), fue fundada en 1997 por un piloto de carreras francés quien cambió su nombre por el de Rael y lanzó el Movimiento Raeliano, que sostiene que la vida sobre la tierra fue creada por científicos extraterrestres.
La niña, según el anuncio que no ha convencido a la comunidad científica, sería un «clon» de la «madre» (término biológicamente erróneo), una ciudadana norteamericana de 31 años que no podía tener hijos con su marido. Supuestamente, en treinta días, los raelianos esperan el nacimiento de otros cuatro niños clonados.
«Esperaremos al quinto nacimiento antes de declarar que hemos logrado el éxito científico», añadió Boisselier, quien mantiene la reserva sobre muchos aspectos: Eva nació en un lugar sin determinar («fuera de Estados Unidos»); se desconoce la identidad de sus padres, su lugar de residencia y su religión, si bien se dijo que no se trata de miembros de la secta.
La verificación del aspecto que suscita mayor duda, el de la propia clonación, ha sido confiada por Clonaid a un equipo de científicos –según puntualizó Boisselier–, cuyos nombres se desconocen también, coordinados por Michael Guillen, antiguo corresponsal científico del programa «Good Morning America», de la cadena de televisión ABC.
«En ocho o nueve días como mucho tendremos los resultados», aseguró Guillen. De acuerdo con sus palabras, se comparará el ADN de Eva con el de su madre para probar la clonación realizada mediante una célula de la piel.
«Es de esperar que se trate de un anuncio infundado», declaró a los micrófonos de Radio Vaticana el vicepresidente de la Academia Pontificia para la Vida, el obispo Elio Sgreccia.
«Sin embargo, aún así considero que es grave –añadió– porque la clonación reproductiva y la denominada “terapéutica” representan un límite de ruptura frente a la humanidad».
En este sentido, monseñor Elio Sgreccia calificó el anuncio como «”crimen contra la humanidad”, porque impone una esclavitud, la transformación del sujeto humano en un objeto de juego y de productividad fantástica».
La defensa de la humanidad debe comenzar, según monseñor Sgreccia, por la ley, «una ley que resulte eficaz y capaz de penalizar las transgresiones y los intentos de transgresión, y de prevenir».
«Debe haber un límite más allá del cual no se debe avanzar; no se trata de una frontera de carácter ideológico-cultural: es un límite de humanidad. Creo que en las sedes legislativas, tanto nacionales como internacionales, desde la Unión Europea a la ONU, hay una iniciativa y una toma de posición clara y eficaz».
El profesor Domenico Di Virgilio, presidente de la Asociación Italiana de Médicos Católicos alertó sobre el procedimiento de clonación, que en los mamíferos ha experimentado hasta ahora serios problemas. Para llegar a la oveja Dolly se realizaron 272 intentos, cosa que «expresa la dificultad técnica», aclaró. Además, este animal, a los tres años de edad mostraba un envejecimiento de catorce: «ello indica que hay algo que no sabemos dominar ni orientar de manera concreta ni justa», advirtió el profesor Di Virgilio.
En Estados Unidos, la administración Bush se pronunció en el 2001 contra la clonación humana, pero el Senado no ha votado aún la ley al respecto aprobada por la Cámara de los Representantes.
Por lo tanto, la prohibición por ahora es aplicada por la Administración para la Alimentación y los Medicamentos («Food and Drug Administration»), a la que corresponde la aprobación de todo tipo de experimento con fines médicos. La FDA ya ha abierto una investigación sobre el anuncio de Boisselier. En otros países, como Gran Bretaña, Alemania, Israel y Japón, existen leyes que prohíben la duplicación de seres humanos.