MADRID, 6 enero 2003 (ZENIT.org).- La Iglesia en España, que espera a inicios de mayo a Juan Pablo II, tiene por desafío este año 2003 el descubrimiento de Cristo y la llamada a la santidad, tanto para laicos como para religiosos y sacerdotes.
Así se desprende del Plan Pastoral de la Conferencia Episcopal Española 2002-2005, «Una Iglesia esperanzada. ¡Mar adentro!», actualmente en vigor, que fue aprobado en la LXXVII Asamblea Plenaria hace casi un año, el 31 de enero de 2002.
Según los obispos, la Iglesia española debe luchar actualmente contra dos obstáculos. Por una parte, los obstáculos externos: el «alejamiento consciente y decidido de la fe cristiana por parte de la cultura occidental», al que califican de «humanismo inmanentista». Por otra parte, reconocen, tiene obstáculos internos, entre los cuales el más grave, destaca la secularización, causa de la falta de transmisión de la propia fe a las generaciones jóvenes. En este mismo nivel, subrayan por otro lado, el efecto negativo que ha tenido una «interpretación reduccionista del Concilio Vaticano II en clave secularista».
Prioridades y preocupaciones
El documento reconoce que hay muchos signos de revitalización en la Iglesia española que permiten afrontar el futuro con esperanza. Al mismo tiempo, presenta también las preocupaciones más claras de los pastores en estos momentos, como la desorientación de los laicos a la hora de manifestar su condición de católicos, por ejemplo ante los ataques que recibe la familia; la falta de vocaciones a la vida consagrada, junto a la pérdida de sentido de lo sagrado; la pobreza de resultados de la catequesis, especialmente en el sacramento de la Confirmación, etc., que hacen urgente una respuesta.
Entre las prioridades pastorales, cabe destacar en primer lugar la llamada a la santidad: la Conferencia Episcopal se marca como objetivo apoyar el apostolado seglar en el caso de los laicos, fomentar la revitalización de la vida espiritual de los sacerdotes, e invitar a los religiosos a la fidelidad a la propia vocación e identidad.
Por otro lado, el documento pone especial acento en la transmisión de la Palabra de Dios. De hecho, del anterior Plan Pastoral están aún pendientes la edición de la Biblia de la Conferencia Episcopal Española y la publicación de los catecismos de jóvenes, adultos e infancia.
Catecumenado y reconciliación
Los obispos detectan, en el análisis que presenta el documento, deficiencias en la práctica del sacramento de la Reconciliación. En este sentido, una de las acciones pastorales marcadas es la reedición actualizada del Ritual de la Penitencia. En cuanto a la formación en la fe, se recomienda poner especial atención en la iniciación cristiana y el catecumenado, así como una potenciación de la pastoral misionera y una revitalización de la religiosidad popular, así como una llamada a los centros universitarios católicos y a los teólogos a colaborar en comunión con el Magisterio en la formación de la fe.
Otro campo subrayado por los obispos españoles es el de los medios de comunicación, con especial atención a la comunicación institucional de la propia Iglesia, así como la pastoral con inmigrantes, la reflexión sobre el ecumenismo y el diálogo interreligioso y la reflexión sobre el problema del terrorismo (el documento recién aprobado sobre el argumento surgió como propuesta de este plan).