Monseñor Sergio Goretti presentó esta petición ante la tumba de san Francisco de Asís al entregar la «luz de la paz» a Tarek Aziz, viceprimer ministro de Irak, nacido en el seno de una familia católica de rito caldeo.
«Nos unimos al Santo Padre [Juan Pablo II] que está haciendo todo esfuerzo posible por evitar el drama de la guerra. Los enormes recursos que se gastan en instrumentos de muerte deberían ser empleados para reducir la pobreza y los retrasos, tan dolorosamente presentes en el mundo», afirmó el obispo.
El prelado presentó su petición «de rodillas, en nombre de los que se quedarán huérfanos, de los que quedarán discapacitados y desfigurados, de los que se quedarán sin casa, sin comida, sin amor».
La lámpara de la paz, que durante unos momentos ardió entre las manos de Tarek Aziz, es la misma que encendieron los líderes religiosos del mundo en esa localidad el 24 de enero de 2002 por invitación de Juan Pablo II.
La ceremonia concluyó cuando todos los presentes --entre los que se encontraban los frailes de las diferentes ramas franciscanas-- pronunciaron en su propio idioma las palabras que el obispo de Roma pronunció en aquella ocasión: «¡Nunca más la violencia! ¡Nunca más la guerra! ¡Nunca más el terrorismo! En nombre de Dios, que toda la religión traiga justicia y paz, perdón y vida, ¡Amor!».
En señal de hermandad entre todos los hombres, Aziz sujetó también junto al padre franciscano Vincenzo Coli, custodio de la basílica, el cuerno de marfil regalado en 1219 por el sultán de Egipto Melek El Kamel a san Francisco.
Aziz almorzó en el convento colindante con todos los frailes de la basílica.
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Feb 16, 2003 00:00
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