ROMA, 18 febrero 2003 (ZENIT.org).- Edith Stein dirigió al Papa Pío XI una carta sellada solicitando su intervención ante el inicio de la persecución de judíos y católicos por el gobierno hitleriano.
El documento, fechado el 12 de abril de 1933, ya se puede consultar en Internet.
La revista «Monte Carmelo», de los Carmelitas Descalzos de Burgos, ha publicado en su último número la carta de la entonces doctora Edith Stein, cuya existencia ya se conocía por su propio testimonio.
Sin embargo, la apertura el pasado domingo de los Archivos Vaticanos referidos al papado de Pío XI (1922-1939) ha permitido conocer en sus propios términos el contenido del texto.
La fecha es lo más llamativo del documento, dado que anticipa hechos que ocurrirían posteriormente e incluso la mártir carmelita señaló responsabilidades que sólo mucho después la historia determinaría, como explica un comunicado de «Monte Carmelo» .
La reacción que respondía de forma más aproximada a la «carta sellada» que escribió la santa de origen judío advirtiendo de los peligros de la ideología hitleriana llegó con la carta encíclica de Pío XI «Mit brennender Sorge» («Con viva angustia»).
Publicado en alemán el 14 de marzo de 1937, el documento pontificio sobre la situación de la Iglesia en el Reich Germánico denunciaba la incompatibilidad entre el catolicismo y los presupuestos racistas y paganos del nazismo.
Después de que el Papa firmara la carta encíclica en Roma, ésta fue trasladada al interior de Alemania por un sacerdote y distribuida clandestina y heroicamente por sacerdotes y jóvenes a todas las parroquias.
La carta fue el último documento que Edith Stein firmó como profesora en el Instituto Alemán de Pedagogía Científica en Münster, pues ya no pudo seguir enseñando en esta institución.
Edith Stein –santa Teresa Benedicta de la Cruz–, hija del pueblo hebreo y filósofa, dedicó su vida a la búsqueda de la verdad en la fenomenología. Su encuentro con la vida de Santa Teresa de Jesús supuso su conversión al catolicismo.
La persecución nazi le hizo imposible su trabajo científico y docente. Posteriormente ingresó en las carmelitas descalzas de Colonia. Terminaría sellando su testimonio y su denuncia con el martirio en Auschwitz en 1942. Juan Pablo II canonizó a la carmelita en 1998.
El 1 de octubre de 1999 el Papa la proclamó compatrona de Europa junto a Brígida de Suecia (1303?-1373) y Catalina de Siena (1347-1380). Su fiesta se celebra el 9 de agosto
El texto íntegro de la carta se puede consultar en la página web de la Editorial Monte Carmelo.