AMSTERDAM, 23 febrero 2003 (ZENIT.org).- ¿Los medios están reforzando la violencia, o ayudan a difundir la paz? Esta es la cuestión que plantea el mensaje de Juan Pablo II para la Jornada Mundial de las Comunicaciones de este año.

Cees J. Hamelink, profesor en la Universidad de Amsterdam y autor de «Perspectivas de la comunicación pública: Un estudio de las Iglesias» («Perspectives of Public communication: A Study of the Churches»), constata que el conflicto es uno de los temas centrales en el sistema de los medios, pues la gente así lo pide.

El cambio debe llegar por parte de los usuarios de los medios, los consumidores, afirma Hamelink, ex presidente de la IAMCR (Asociación Internacional para la Investigación en Comunicación).

Los medios, aclara, sólo cambiarán cuando los ciudadanos que usan los medios de comunicación tomen la responsabilidad pública y pidan cosas distintas.

--¿No cree que hablamos demasiado de medios y paz cuando muy a menudo lo que los medios hacen es alentar la guerra?

--Hamelink: Creo que los medios de comunicación en general son más eficaces reforzando e incitando los conflictos violentos que haciendo la paz.

Mientras la capacidad tecnológica para el diálogo intercultural mejora rápidamente, observamos enormes fallos en la comunicación entre comunidades étnicas.

Necesitamos un sistema de alerta internacional mediática que dé seguimiento a los contenidos de los medios en áreas de conflicto.

Este sistema podría ofrecer un «aviso a tiempo» sobre cuándo y qué medios establecen el clima para crímenes contra la humanidad, comenzando a motivar a la gente para matarse unos a otros.

Más que ser acusados de complicidad a través del silencio, debería verse como una responsabilidad moral esencial de nuestra comunidad de investigadores de los medios el intervenir activa y preventivamente cuando la integridad humana está en vilo.

--¿Debemos tener miedo del poder de los medios de comunicación?

--Hamelink: Representan una de las formas más formidables de fuerza en la sociedad moderna.

La mayoría de las personas de todo el mundo se informa principalmente sobre el estado del mundo a través de los medios. Nuestro conocimiento de lo qué ocurre en el mundo está mediado por ellos. Del mismo modo que pueden informarnos, pueden desinformarnos o simplemente, no informarnos.

--¿La estructura de los medios es necesariamente oscura, poderosa y peligrosa?

--Hamelink: La estructura de los medios no es necesariamente oscura, pero sí poderosa y peligrosa. En el mundo sólo hay un pequeño número de medios que cuentan. Son «megaconglomerados» controlados por intereses industriales y publicitarios.

El mercado global está caracterizado por la conglomeración, la concentración y la comercialización y esto, a nivel social y político, es una situación altamente indeseable.

--¿Los medios son instrumentos inocentes, preparados para ser usados de modo positivo o negativo?

--Hamelink: Ninguna tecnología es neutral. Las tecnologías, incluyendo los medios, están siempre diseñadas para servir funciones específicas.

Tal vez se dará un cambio con la introducción de tecnologías en red (Internet, por ejemplo), pero hasta ahora las tecnologías mediáticas son buenas cumpliendo las funciones para las cuales fueron diseñadas inicialmente: publicidad y propaganda.

--Las noticias pacíficas no interesan mucho a los jefes de redacción, que prefieren normalmente el conflicto. ¿Hay alternativa?

--Hamelink: El cambio debe llegar por parte de los clientes de los medios, los consumidores: los medios solo cambiarán cuando los ciudadanos que usan los medios de comunicación tomen la responsabilidad pública y pidan cosas distintas

--¿Desde un punto de vista cristiano, los medios de comunicación siguen siendo dones de Dios?

--Hamelink: Ciertamente, y como con otros regalos de Dios, estamos fallando en su gestión. ¡Todos tenemos una enorme responsabilidad!