El pontífice presentó su petición este sábado al encontrarse con 150 participantes en un encuentro organizado por la Federación Nacional de los Caballeros del Trabajo en Italia.
Al pedir a los empresarios que se conviertan en «promotores de un crecimiento solidario y equilibrado de la economía», el pontífice constató: «En la sociedad contemporánea, la familia es penalizada con frecuencia por las reglas impuestas por la producción y el mercado».
«Entre vuestros esfuerzos, por lo tanto, debe contarse el de sostenerla eficazmente para que sea siempre respetada como sujeto activo también en el sector de la producción y la economía», añadió Juan Pablo II.
«Se trata de una tarea todavía más urgente a la luz de la actual evolución de la sociedad, marcada por el proceso de globalización, dentro del cual hay que salvaguardar los valores de la solidaridad, la garantía de acceso a los recursos, y la justa redistribución de la riqueza producida», explicó.
Por último, el obispo de Roma pidió a los empresarios «invertir en los jóvenes ayudándolos a superar la disparidad entre la educación y las exigencias reales de las empresas de producción».