PARÍS, 4 marzo 2003 (ZENIT.org).- Los católicos de París han sido llamados a convertirse en «centinelas de la paz» durante la Cuaresma y a dedicar el Miércoles de Ceniza a orar y ayunar por la paz, especialmente en Oriente Medio –como pidió recientemente el Papa–.
El arzobispo de París, el cardenal Jean-Marie Lustiger, dirigió este mensaje a los fieles la capital francesa en una carta personal leída el domingo pasado en todas las parroquias de la ciudad.
«Para revolver pacíficamente los conflictos, en lugar de hacer la guerra –escribe el purpurado– hay que superar en el corazón de todo hombre el egoísmo, el orgullo y la arrogancia, el odio, la mentira, la violencia».
«Sólo arrepintiéndose –cada uno por su parte–, y pidiendo a Dios que libere la conciencia de los hombres, de los líderes políticos y de los ciudadanos de a pié, se puede abrir el camino de la paz», indicó.
Además, el cardenal Lustiger pidió a la Iglesia en París iniciar, ya desde el domingo, una verdadera «ofensiva» de paz a través de la oración, e invitó a las parroquias, a las comunidades y a las familias a pedir la intercesión de María, «Reina de la Paz, con el rezo del Rosario».
Todos han sido convocados, en especial los santuarios marianos de la ciudad. A las seis de la tarde del domingo, en presencia del purpurado, se rezó el Rosario de la paz en la catedral de Notre-Dame de París.
La iniciativa, como ha pedido el arzobispo de París, continuará durante toda la Cuaresma.
Además, se lee en la carta: «Todas las parroquias que lo consideren posible propondrán a los fieles un tiempo de oración diario, en particular entre las 12.00 y las 14.00, para que también los que trabajan en París puedan unirse a las personas no activas y a los jóvenes en estas semanas difíciles en las que nos arriesgamos a vivir tiempos dolorosos».