Así lo constata el padre Jean-Jacques Perennes, OP, vicario para el mundo árabe, en un informe sobre la visita realizada recientemente a Iraq en el que informa sobre los programas que los religiosos dominicos llevan adelante en ese país.
Entre los proyectos figura el de abrir un noviciado en la ciudad de Mossul en los próximos dos años y, si es posible, un estudiantado en Bagdad.
En la capital, los religiosos dirigen un círculo teológico en el que se reúnen semanalmente centenares de cristianos para encuentros de formación, publican «El pensamiento cristiano», y desarrollan actividades pastorales en apoyo de la Iglesia local.
En Mossul se ha inaugurado un centro de audiovisuales y una exposición permanente, relacionadas con las actividades en favor de los pobres y la catequesis.
«Trabajo no falta –señala el padre Perennes–: los obispos nos ofrecieron otras actividades apostólicas y a los frailes no les faltan proyectos».
Los dominicos, y las hermanas dominicas de Irak han afirmado que no abandonarán el país ni siquiera en caso de guerra, como signo de comunión con la vida y los sufrimientos de una población mortificada por un embargo económico que dura ya muchos años.