El pontífice hizo su constatación al rezar la oración mariana del «Angelus» junto a varios miles de peregrinos congregados en la plaza de San Pedro del Vaticano, en el día en que la Iglesia celebraba la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones.
Poco antes, el Papa había ordenado sacerdotes a 31 diáconos de la diócesis de Roma.
«En virtud del Bautismo y de la Confirmación, todo cristiano está llamado a ser testigo del Evangelio –reconoció–. Pero, con especial vocación, Dios siempre ha invitado a alguno a una entrega más total de sí mismo a la causa del Reino».
«Ciertamente él también ha puesto su mirada en chicos y chicas de hoy», añadió.
Por ello, exhortó «a quienes sientan resonar en el corazón su voz a darle su propio «sí» generoso y a alimentarlo, después, día tras día, en la oración, permaneciendo unidos como los sarmientos a la vid».
Dirigiéndose después a los chicos y chicas de Roma, presentes en la plaza de San Pedro, que habían participado en ese día en el «Maratón de Primavera – Fiesta de la Escuela, recordó que el colegio debería desempeñar un «papel importante» «en la educación de los muchachos a responder generosamente a Dios que les llama al servicio de los hermanos».
El mensaje de Juan Pablo II con motivo de la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones 2003 puede leerse en la sección de documentación de la página web de Zenit.
