En el asalto contra la parroquia de Nyakasanza, lanzado por un grupo de unos diez militares irregulares, fueron asesinados los sacerdotes Aimé Ndjabu y Francis Mateseso, según confirma la agencia misionera Misna, que cita testimonios recogidos entre el personal de la misión de la ONU en el país (MONUC).
Algunos testigos explicaron que los milicianos que saquearon y devastaron la parroquia, experimentaban una violenta excitación, causada posiblemente por el abuso de sustancias estupefacientes.
En Bunia, los enfrentamientos son de carácter político y étnico, entre radicales de etnia Lundu y Hema.
El pasado martes había sido asesinado también en Bunia el sacerdote congoleño Raphael Ngona, quien fue el primero en denunciar la masacre perpetrada el mes pasado en Drodo –a 80 kilómetros de la ciudad de Bunia–.