El Papa a obispos de la India: Los ritos no deben causar divisiones

Recibe a los pastores de los herederos de santo Tomás apóstol en el país

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CIUDAD DEL VATICANO, 13 mayo 2003 (ZENIT.org).- La evangelización es el «corazón» de la fe cristiana, pero la «evangelización auténtica» es sensible a la cultura y a las costumbres locales, afirmó Juan Pablo II este martes al encontrarse con los obispos católicos de la India, herederos de la evangelización del apóstol santo Tomás.

En particular, el Papa aseguró a estos católicos de rito oriental, de una antigua riqueza cultural, que la diferencia ritual no debe ser causa de divisiones en el seno de la Iglesia.

Los prelados, que se encontraron con el Santo Padre en dos encuentros separados al final de su visita quinquenal «ad limina» a Roma, pertenecen a las Iglesias siro-malabar y siro-malankar, cuyos orígenes, según la tradición, se remontan a hace 1950 años, cuando recibieron el Evangelio de labios del apóstol.

Los cristianos de la Iglesia siro-malabar, perteneciente a la tradición ritual caldea, tienen por pastor al cardenal Varkey Vithayathil. Sus fieles superan los tres millones y medio. En 1992, Juan Pablo II la reconoció como «Iglesia autónoma» en plena comunión con Roma.

La gran vitalidad y crecimiento de la Iglesia sirio-malabar se refleja especialmente en la capacidad de generar vocaciones sacerdotales y a la vida consagrada: en este momento, cerca del 70% de las 120.000 vocaciones de la India (cuya población total de católicos es de 15 millones) proceden de esta Iglesia.

Por su parte la Iglesia siro-malankar, perteneciente a la tradición ritual antioqueña, tiene por pastor a monseñor Cyril Mar Baselios, arzobispo de Trivandrum, quien es también presidente de la Conferencia Episcopal de India.

Con 400.000 fieles, cuatro diócesis, siete obispos y cuatro congregaciones religiosas (prueba de su dinamismo), esta Iglesia recuperó la plena comunión con Roma en 1930, en tiempos del Papa Pío XI.

«La Evangelización es el centro de la fe cristiana», reconoció el Papa, explicando así el motivo de la riqueza ritual de la India. De hecho, «la auténtica evangelización es sensible a la cultura y costumbres locales, respetando siempre el inalienable derecho de toda persona a la libertad religiosa».

En este sentido recordó el principio que ha repetido en muchas ocasiones: «La Iglesia propone, no impone». Ahora bien, aclaró, «esta apertura no debe disminuir nunca la obligación de proclamar a Jesucristo como «el Camino, la Verdad y la Vida»».

El Papa hizo varias recomendaciones a estos católicos de rito oriental.

Dirigiéndose a los obispos siro-malabares, les pidió custodiar la Eucaristía como su «posesión más preciosa», defendiéndola en particular «contra la experimentación sin garantías de sacerdotes que viola la integridad de la misma liturgia y que puede causar un gran daño a los fieles».

En segundo lugar, les invitó a renovar su «patrimonio ritual», pero subrayó la «urgente necesidad de superar los miedos y malentendidos que surgen en ocasiones entre las Iglesias orientales y la Iglesia latina».

Por su parte, al dirigirse a los obispos de la Iglesia siro-malankar, el obispo de Roma constató: «En un momento de creciente secularismo y, en ocasiones, de patente desprecio de la santidad de la vida humana, los obispos están llamados a recordar a la gente con su predicación y enseñanza la necesidad de una reflexión más profunda que nunca en las cuestiones morales y sociales».

«Todos los cristianos están obligados a participar en esta profética misión, tomando una posición firme contra la actual crisis de valores y recordando constantemente a los demás las verdades universales que deben manifestarse en la vida cotidiana», concluyó.

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ZENIT Staff

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