CIUDAD DEL VATICANO, 14 mayo 2003 (ZENIT.org).- Juan Pablo II canonizará el próximo domingo en la Plaza de San Pedro, junto a otros tres beatos, a un obispo polaco, trabajador incansable por el bien de las almas e intelectual de reconocido prestigio en su tiempo.
Józef Sebastian Pelczar nació el 17 de enero del 1842 en la pequeña ciudad de Korczyna, cerca de Krosno, al pie de los montes Cárpatos.
Creció en una atmósfera de profunda fe gracias a sus padres, Adalberto Pelczar y Marianna Mięsowicz, quienes al ver que su hijo tenía aptitudes extraordinarias para el estudio, al terminar los dos años de escuela popular en Korczyna, lo enviaron a Rzeszów para continuar su formación.
En esa etapa de estudiante tomó la decisión de entregar su vida al servicio de Dios, como lo expresa en su diario: «Los ideales de la tierra palidecen, el ideal de la vida lo veo en el sacrificio y el ideal del sacrificio en el sacerdocio».
Fue ordenado sacerdote el 17 de julio de 1864. Estudió en Roma en dos universidades, el Colegio Romano (hoy Pontificia Universidad Gregoriana) y en el Instituto de san Apolinar (hoy Pontificia Universidad Lateranense).
Al regresar a su patria, trabajó como profesor en el seminario de Przemysl, y posteriormente, durante 22 años, en la Universidad Jagelónica de Cracovia.
Como profesor y decano de la Facultad de Teología, gozaba de fama como hombre culto, buen organizador y amigo de los jóvenes. En reconocimiento a sus valores, se le confirió la dignidad de Rector del «Almae Matris» de Cracovia.
Deseando realizar el ideal de «sacerdote y polaco, que trabaja con devoción por su pueblo», el sacerdote Pelczar no limitó su actividad al campo de la ciencia, sino también al trabajo social y caritativo. Fue miembro activo de la Asociación de san Vicente de Paúl y de la Asociación de la Educación Popular, que presidió durante 16 años.
Fundó en el año 1894, en Cracovia, la Congregación de las Siervas del Sagrado Corazón de Jesús para proclamar el Reino del Amor del Sagrado Corazón de Jesús y convertirse en signo e instrumento de este amor hacia las jóvenes, enfermos y todos los que necesitasen ayuda.
Durante los 25 años de su ministerio episcopal en la diócesis de Przemyśl, aumentó el número de nuevas iglesias y capillas, fueron restaurados muchos templos y, a pesar de las difíciles circunstancias políticas, realizó tres sínodos diocesanos.
Para afrontar las injusticias sufridas por los trabajadores, monseñor Pelczar se dedicó con empeño a solucionar algunos problemas de su tiempo, como la emigración y el alcoholismo. En sus escritos subrayaba la necesidad de respetar estrictamente la enseñanza social del Papa León XIII.
Murió la noche del 27 al 28 de marzo de 1924. El 2 de junio del 1991, durante su IV peregrinación a Polonia, Juan Pablo II le beatificó en Rzeszów. Sus restos se encuentran en la catedral de Przemyśl. Su memoria se celebra el 19 de enero.
Junto al obispo polaco, el Papa canonizará este domingo a otras tres fundadoras: Ursula Ledóchowska (1865-1939) fundadora de las Religiosas Ursulinas del Sagrado Corazón de Jesús Agonizante; Maria De Mattias (1805-1866), fundadora de la Congregación de las Religiosas Adoradoras de la Sangre de Cristo; Virginia Centurione Bracelli (1587-1651), fundadora de las Religiosas de Nuestra Señora del Refugio en el Monte Calvario y de las Religiosas Hijas de Nuestra Señora al Monte Calvario.
