ROMA, 16 mayo 2003 (ZENIT.org).- Robert Schuman (1886-1963), el hombre que posibilitó el nacimiento de la Unión Europea, puede convertirse pronto en santo, demostrando así que la política puede ser un camino para la santidad.
El postulador de la causa de beatificación, Jacques Paragon, anunció este jueves en Roma que la causa de beatificación a nivel diocesano está por concluirse, posiblemente durante este año 2003.
Robert Schuman (1886-1963), jefe del gobierno francés, ministro y autor de la declaración del 9 de mayo de 1950 que dio pie a la construcción europea, supo abrir una nueva vía de relaciones internacionales basada sobre la negociación política.
Entre 1958 y 1960 fue el primer presidente del Parlamento Europeo. El Papa Pablo VI lo definió como «un infatigable pionero de la unidad europea».
Según Paragon, «para el padre de Europa el catolicismo no era solo una fe sino una doctrina social», pensamiento que tuvo mucha incidencia en su labor política, «que él entendía como prolongación de su apostolado».
«Su doble cultura franco-alemana es una pieza clave para entender toda su visión sobre Europa, sobre la reconciliación y sobre la unión europea», destacó Paragon, que también es secretario general del Institut Saint-Benoît, institución nacida para promover la causa de beatificación de Robert Schuman.
Jacques Paragon, que colaboró con Schuman remarcó el carácter «antimilitarista» de este, y dijo que su vivió «toda su política como respuesta a una vocación interior».
Paragon citó el libro de René Lejeune, presidente del instituto que promueve la causa, cuyo título evoca el mensaje central del padre de Europa: «Robert Schuman, Padre de Europa: la política, camino de santidad» («Robert Schuman, Père de l’Europe: la politique, chemin de sainteté»).
«Su vida demuestra que la actividad política es compatible con la fidelidad a los valores cristianos», recordó Paragon en la conferencia dictada en el Centro San Luis de los Franceses.
Robert Schuman escribió en 1960 que «la Europa unida prefigura la solidaridad universal del futuro». Según los miembros del Institut Saint-Benoît, «un mundo estructurado de este modo facilitará la paz y la solidaridad entre países ricos y pobres, el desarme y la salvaguarda de la creación».
«Robert Schuman es un artesano de paz, y puede servir de modelo para legisladores y hombres del estado del futuro», se lee en el folleto que acompaña la oración para la beatificación de este servidor de Dios.
Los impulsores de la causa afirman que su vida ilustra lo que podríamos llamar «santidad política» y creen que «los pueblos necesitan ejemplos como el de Robert Schuman, cuya vida manifiesta la unidad profunda entre fe, pensamiento y acción».