Juan Pablo II: En el Cenáculo, nació en cierto sentido el Rosario

Palabras antes de rezar el «Regina Caeli»

Share this Entry

CIUDAD DEL VATICANO, 25 mayo 2003 (ZENIT.org).- Publicamos las palabras que pronunció Juan Pablo II este domingo a mediodía antes de rezar junto a varios miles de peregrinos la oración mariana del «Regina Caeli».

* * *

¡Queridos hermanos y hermanas!

1. Con este domingo, comienza el sexta semana del Tiempo de Pascual, la última semana del mes de mayo, que se concluirá, el próximo sábado, con la fiesta de la Visitación de María a Santa Isabel. En el hemisferio boreal, el mes de mayo está marcado por pleno reflorecer de la naturaleza; es también el tiempo del «aleluya» pascual, que resuena en toda la Iglesia, tiempo particularmente propicio para ofrecer a las nuevas generaciones los dones de Cristo resucitado: el Bautismo, la Primera Comunión, y la Confirmación.

El jueves próximo, además, con la fiesta de la Ascensión de Cristo al Cielo, comenzará la novena de Pentecostés, y las comunidades cristianas podrán revivir la experiencia originaria del Cenáculo, donde los discípulos perseveraban en la oración, con un mismo espíritu en compañía de María, la madre de Jesús (Cf. Hechos de los Apóstoles 1, 14).

2. La presencia materna de María entre los apóstoles era para ellos memoria de Cristo: sus ojos llevaban impreso el rostro del Salvador; su corazón inmaculado custodiaba sus misterios, desde la Anunciación a la Resurrección y Ascensión al Cielo, pasando por la vida pública, la pasión y la muerte.

En este sentido, se puede decir que en el Cenáculo nació la oración del Rosario, pues allí los primeros cristianos comenzaron a contemplar con María el rostro de Cristo, recordando los diferentes momentos de su vida terrena.

Que el Rosario sea cada vez más redescubierto y valorado como oración cristológica y contemplativa.

3. He querido indicar dos intenciones especiales de oración para este año, dedicado precisamente al Santo Rosario: la familia, que por desgracia está seriamente amenazada en sus principios y valores fundamentales; y la paz en el mundo, particularmente en Tierra Santa. Quiera el Señor que, a pesar de la feroz violencia que sigue manifestándose con furia y que ofende a Dios, se refuerce la búsqueda de soluciones justas, negociadas, para asegurar a cada pueblo serenidad y paz.

Nos dirigimos ahora a María, que ayer celebramos como «Auxilio», con el canto del «Regina Caeli».

[Traducción del original italiano realizada por Zenit. Al final del «Regina Caeli» el Papa se despidió de los peregrinos en varios idiomas. En castellano, dijo:]

Saludo a los peregrinos de lengua española presentes en la oración del «Regina Caeli», de modo especial a los fieles de la parroquia de Santa Juliana y Semproniana, de Barcelona. Os exhorto a dar testimonio, con vuestro ejemplo, del mandamiento nuevo del amor que proclama la liturgia de este domingo pascual. ¡Muchas gracias!

Share this Entry

ZENIT Staff

Apoye a ZENIT

Si este artículo le ha gustado puede apoyar a ZENIT con una donación

@media only screen and (max-width: 600px) { .printfriendly { display: none !important; } }