CIUDAD DE MÉXICO, 26 mayo 2003 (ZENIT.org).- Diez años después del crimen, el cardenal Norberto Rivera Carrera, arzobispo primado de México, manifestó el domingo la necesidad de conocer la verdad sobre el asesinato del cardenal Posadas, pues «sólo la verdad nos puede conducir a un perdón».
El cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo fue asesinado el 24 de mayo de 1993 en el aparcamiento del aeropuerto internacional de Guadalajara (México), ciudad de la que era arzobispo, junto a seis personas más. El asesinato no ha sido aún aclarado.
Como recordó el Consejo de la Presidencia de la Conferencia Episcopal de México en una reciente carta al presidente mexicano, en todo este tiempo, las Procuradurías de los dos gobiernos anteriores y del actual «no han querido o no han podido investigar a fondo y de manera consistente para llegar a la definición de sus autores materiales e intelectuales» (Cf. Zenit, 19 mayo 2003 ).
«En este domingo queremos encomendar al amor misericordioso de Dios a nuestro hermano el cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo (…)», dijo el cardenal Rivera durante la eucaristía en la Catedral Metropolitana.
«Pedimos a Dios –añadió– que nos conduzca por el camino del perdón y la reconciliación con aquellos que participaron en el horrendo crimen y también con aquellos que durante diez años se han empeñado en que no se conozca la verdad».
«Somos muchos los mexicanos que seguimos anhelando vehementemente un verdadero cambio en nuestra Patria para que no se siga dando tanta impunidad que afecta profundamente a tantos ciudadanos», reconoció el purpurado.
«Convencidos de que sólo la verdad nos puede hacer libres y de que sólo la verdad nos puede conducir a un perdón y a una reconciliación», el cardenal Rivera expresó: «Necesitamos conocer la verdad en el caso del asesinato del cardenal Posadas y en todos los sucesos sociales, económicos y políticos que tanto nos afectan».
Asimismo manifestó el rechazo «a toda simulación y mentira, porque éstas impiden cualquier esfuerzo serio por democratizar nuestra Patria».
«Porque confiamos en el presidente y en sus colaboradores en la impartición de Justicia, y porque sabemos de sus anhelos para que México goce de una total transparencia, los obispos mexicanos nuevamente nos hemos dirigido a su alta investidura –confirmó finalmente–, a fin de que continúe en las investigaciones que clarifiquen este crimen (…) y otros muchos que empañan el cielo de México».
