ROMA, 29 mayo 2003 (ZENIT.org).- La propuesta de borrador de «Preámbulo» para la futura Constitución europea, publicado este miércoles, no hace mención de las raíces cristianas del viejo continente.
El documento se inspira «en las herencias culturales, religiosas y humanistas de Europa» que, según explica, fueron «alimentadas inicialmente por las civilizaciones griega y romana», «y más tarde por las corrientes filosóficas de la Ilustración».
Según el documento, estas son las raíces en las que se funda la «visión del valor primordial de la persona y de sus derechos inviolables e inalienables, así como del respeto del derecho» (Cf. página web de la Convención Europea http://european-convention.eu.int).
Se incluye por tanto una referencia religiosa más explícita que la de la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea, que se limita a hacer alusión al «patrimonio espiritual y moral» de la Unión, negándose a hacer referencia a la religión.
No recoge, sin embargo, otras posibilidades defendidas por algunos miembros de la Convención, que proponían hacer referencia al «patrimonio religioso, especialmente cristiano» que ha forjado el continente.
Esta propuesta había sido apoyada el domingo pasado por el arzobispo Jean-Louis Tauran, secretario vaticano para las Relaciones con los Estados, en una entrevista concedida a «Il Corriere della Sera».
Un comunicado de prensa publicado este miércoles por representantes de las iglesias y comunidades cristianas de Europa (la Comisión de las Conferencias Episcopales Católicas y la Conferencia de Iglesias Europeas, esta última reúne a ortodoxos, protestantes, anglicanos y vetero-católicos) ha recibido la propuesta de «Preámbulo» con preocupación.
«Una Europa que desconociera su pasado, que negara el hecho religioso y que no tuviera ninguna dimensión espiritual quedaría desguarnecida ante el ambicioso proyecto que moviliza sus energías: construir la Europa de todos» (Cf. http://www.comece.org).
Josep Miró i Ardèvol, presidente de la Convención de Cristianos por Europa, en una declaración publicada este jueves (Cf. http://www.eurocristians.org), considera que el proyecto de «Preámbulo» «resulta totalmente insatisfactorio y puede generar un factor de división adicional a la ya maltrecha unidad política de Europa».
«Roza lo ridículo que el Preámbulo haga referencia nominal a la componente helenista y romana y salte directamente a los “filósofos de la Luz”, omitiendo la referencia cristiana sin la cual la Ilustración resulta incomprensible», aclara.
«Ignorar, como hace el texto, la realidad de la identidad europea, que tiene como uno de sus componentes básicos el cristianismo, constituye una imposición ideológica y expresa la voluntad política de que el laicismo excluyente constituya la única categoría cultural y referencial posible, marginando así el hecho religioso», afirma.
En una entrevista concedida este jueves a «Radio Vaticano», el cardinal Roberto Tucci, miembro del Consejo directivo de la emisora pontificia, considera que los componentes del Presidium no han comprendido el sentido de la propuesta.
«No se trataba de una adhesión [al cristianismo], sino de reconocer el hecho histórico del enorme influjo que ha tenido la cultura cristiana sobre la cultura europea», aclara el purpurado italiano.
De este modo, en el «Preámbulo», «falta el factor más unificador de Europa, que ha sido la cultura cristiana».
El enunciado acordado hasta ahora, según considera, «nace de una tradición laicista» así como de «una cierta pérdida de la práctica religiosa de fe» en Europa.
«Esto no debe hacer olvidar que centenares de millones de europeos se reconocen en los valores cristianos, aunque quizá no son creyentes. Además, hay una gran cantidad de personas que creen», asegura.
Giorgio Rumi, catedrático de Historia contemporánea en la Universidad de Milán, en una entrevista concedida este jueves al diario «Avvenire», confiesa: «Me siento profundamente ofendido como ciudadano europeo y como historiador».
«Me parece que entre Atenas, Roma y la Ilustración –las tres citadas– hay algo en medio decisivo. No hablo de pretensiones confesionales, sino de ese nombre por el que generaciones enteras han vivido y esperado. ¿Es posible que citar a Cristo cause tanto miedo todavía hoy?».
«El factor cristiano es el más unificante» de Europa, asegura.
El «Presidium» rechazó también una referencia genérica a «creer en Dios», presentada por el ex primer ministro irlandés, John Bruton, miembro de ese órgano.
En una declaración a «Avvenire», Brutton explica, que «se trata sólo del primer borrador del Preámbulo, y en los próximos días se dará un debate en el pleno de la Convención. Por tanto, hay posibilidad y tiempo para modificarlo».
El texto del borrador será debatido por la Convención durante las próximas semanas y presentado a los líderes europeos en la cumbre que éstos celebrarán el 20 de junio en Atenas. Ellos tendrán la última palabra sobre el documento final.