El cardenal Errázuriz, arzobispo de Santiago de Chile, había dado a conocer el lunes pasado que, poco después de haber sido elegido presidente del CELAM –Consejo Episcopal Latinoamericano–, presentó su renuncia como presidente de la Conferencia Episcopal de Chile debido a los reiterados viajes a Bogotá –sede del organismo continental–, y a Roma, lo que dificultaba el ejercicio de su cargo en el país.
Sin embargo, este jueves, al tratarse esta materia en la Asamblea, los obispos de Chile estimaron que el cardenal Errázuriz debía continuar como presidente.
Por su parte, quien ejercía como vicepresidente, el obispo de Rancagua, Javier Prado, advirtió de que su salud no le permitía desempeñar este cargo, añadiendo que en pocos meses le corresponderá dejar el organismo por razón de su edad.
Los prelados entonces estuvieron de acuerdo en la necesidad de nombrar un nuevo vicepresidente en lugar de monseñor Prado, para que pueda sustituir al cardenal Errázuriz durante sus ausencias.
La elección de la asamblea del nuevo vicepresidente ha recaído en monseñor Gonzalo Duarte, obispo de Valparaíso.