CIUDAD DEL VATICANO, 21 noviembre 2003 (ZENIT.org).- Ver a Cristo en el emigrante es el hilo conductor que se ha constatado en las diferentes intervenciones del V Congreso Mundial para la Pastoral de los Emigrantes y Refugiados que este sábado concluye en el Vaticano.
El arzobispo Laurent Monsengwo Pasinya, presidente saliente del Simposio de Conferencias Episcopales de África y Madagascar, consideró que el desafío que plantea hoy la emigración a nivel mundial está en «globalizar la caridad».
Para los cristianos, explicó, se trata de «retomar el camino de Cristo para un mundo más fraterno, solidario y acogedor».
Monseñor Monsengwo Pasinya, arzobispo de Kisangani (R. D. Congo, ex Zaire), recordó que «Cristo es el pobre que padece hambre y sed». «El Señor nos juzgará según nuestra reacción ante la pobreza y la miseria de nuestro prójimo, y por nuestro sentido de hospitalidad», resaltó este obispo, considerado como uno de los máximos expertos africanos en Biblia.
Desde su experiencia de arzobispo de Kisangani, ciudad que en los últimos meses ha vivido un sangriento conflicto armados, exhortó a combatir «pacíficamente» contra los «jefes de la guerra» y los «hacedores de refugiados».
En esta línea, el cardenal Jean-Luis Tauran, ex secretario para las Relaciones con los Estados de la Secretaría de Estado, lamentó que en el contexto internacional «crezca el interés por el tema de la seguridad mientras disminuye la atención incluso financiera a los problemas humanitarios».
Para el recién creado purpurado, «después del 11 de septiembre y sus secuelas, una pesada hipoteca embarga el respeto de los derechos humanos».
Por otra parte, el obispo Renato Ascensio León, presidente de la Comisión Episcopal para la Movilidad Humana de México, señaló a Cristo, presente en el sacramento de la Eucaristía, como «poderoso motivo evangélico para afrontar, con nuestra fe, el desafío planteado por la movilidad humana».
En este sentido, el arzobispo de Bogotá y presidente de la Conferencia Episcopal Colombiana, el cardenal Pedro Pubiano Sáenz, afirmó que «la comunión eucarística es unión con el Señor y con el hermano», y recordó que «el Señor nos pide acercarnos al otro, al que sufre y se siente solo y tratarlo como vecino, como a nosotros mismos».
El V Congreso Mundial para la Pastoral de los Emigrantes y Refugiados reúne hasta el sábado, en el Instituto Patrístico «Augustinianum» de Roma, a 300 expertos en la pastoral y atención a los emigrantes, así como a delegados de otras Iglesias y comunidades cristianas de 99 países.
La iniciativa ha sido convocada por el Consejo Pontificio para la Pastoral de los Emigrantes e Itinerantes, organismo vaticano presidido por el cardenal japonés Stephen Fumio Hamao.
