CIUDAD DEL VATICANO, 30 noviembre 2003 (ZENIT.org).- Juan Pablo II alzó este domingo su voz para apoyar la reanudación de la campaña internacional contra la pena de muerte.
Al despedirse de los peregrinos congregados a mediodía en la plaza de San Pedro del Vaticano para rezar con él el «Angelus», el Santo Padre dirigió su saludo a los miembros de la Comunidad de San Egidio, movimiento eclesial protagonista en la lucha contra la pena capital
En este domingo, por iniciativa de San Egidio y otras organizaciones no gubernamentales reunidas en la Coalición Mundial contra la Pena de Muerte (WCADP), 300 «Ciudades por la vida» iluminaron un monumento para expresar su rechazo a la pena de muerte.
A la segunda Jornada Mundial contra la Pena de Muerte participaron este domingo, entre otras ciudades Ámsterdam, Nueva York, Buenos Aires, Berlín, Hiroshima, Santiago de Chile, Viena, Barcelona y París. A todas les ha unido el lema: «No justice without life» («No hay justicia sin vida»)
Mario Marazziti, portavoz de la Comunidad de San Egidio, explicó que en estos momentos 112 países han abolido la pena de muerte (por ley o de hecho). Por otra parte, se mantiene en otros 83 países. Armenia, Serbia Montenegro, Chile y Costa de Marfil la han abolido en los últimos dos años.
«El sistema judicial nunca es infalible. La pena de muerte es un instrumento de justicia «irreversible». Y el hombre no puede quitar lo que no puede restituir», aclara Marazziti.
Con la campaña, la Comunidad de San Egidio pide una moratoria universal de las ejecuciones capitales, llamamiento apoyado por cinco millones de firmas.
Más información y adhesiones en http://www.santegidio.org.