«Domus Galilalae», en el Monte de las Bienaventuranzas, «estrena» iglesia

El Centro Internacional es una iniciativa del Camino Neocatecumental,

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TIBERÍADES, martes, 13 enero 2004 (ZENIT.org).- El patriarca latino de Jerusalén, Su Beatitud Michael Sabbah, presidió el domingo pasado en el Monte de las Bienaventuranzas en Tiberíades (Israel) el rito de dedicación de la iglesia del Centro Internacional «Domus Galilaelae», una iniciativa del Camino Neocatecumental orientada a ser «un puente con la tradición judía».

El nuncio apostólico en Israel –el arzobispo Pietro Sambi–, el custodio franciscano de Tierra Santa –padre Giovanni Battistelli–, algunos obispos y superiores de comunidades religiosas en Tierra Santa, profesores de las Universidades bíblicas de Jerusalén y representantes de movimientos eclesiales acudieron a esta celebración junto a los iniciadores del Camino Neocatecumenal, Kiko Argüello, Carmen Hernández y el padre Mario Pezzi.

«Según muchos exegetas, desde este lugar [el Monte de las Bienaventuranzas] partieron los Apóstoles enviados por Jesucristo a todos los confines de la tierra para anunciar el Evangelio», explicó el director del Centro, el padre Rino Rossi, ante los micrófonos de «Radio Vaticana».

Recordando momentos importantes de la celebración, añadió: «El Señor nos ha dado también la gracia de tener muchas reliquias de mártires y de santos de numerosos lugares del mundo, entre ellos San Francisco de Asís, San Antonio, San Ignacio de Loyola, y era como si justamente en este lugar hubiera un eco de evangelización de los Apóstoles en todo el mundo, que ha dado frutos de santidad».

La dedicación de la nueva capilla tuvo lugar en el marco de un importante encuentro internacional de 250 «itinerantes» del Camino Neocatecumental procedentes de 108 países.

Pintado por Kiko Argüello el verano pasado, un gigantesco fresco en el ábside representa, en la tradición de la iconografía oriental, el Juicio Universal.

Al comienzo de los años ’80, la Custodia de Tierra Santa ofreció al Camino Neocatecumenal la posibilidad de construir sobre un terreno situado en el monte de las Bienaventuranzas un centro de formación, de estudios y de retiros, una obra de particular interés para la Iglesia y para Israel.

Desde que en 1994 fue informado del proyecto «Domus Galilaeae», Juan Pablo II se mostró entusiasmado, lo bendijo y lo apoyó, viendo en él un servicio para todos los pueblos y «para toda la Iglesia». El 24 de marzo de 2000, el Papa bendijo el Santuario de la Palabra en el Centro.

En «Domus Galilaeae» los cristianos, sobre todo seminaristas y presbíteros, podrán tener un contacto directo con la tradición viviente de Israel, siguiendo las huellas de San Justino, Orígenes, San Jerónimo y otros muchos Padres de la Iglesia, que volvieron a las fuentes hebraicas para comprender el sentido de la oración, de las fiestas y de las liturgias hebreas que fueron alimento cotidiano de Jesucristo.

«El Centro, sin preverlo, está además suscitando un gran interés de los judíos –reconoce el padre Rossi–. Hay muchísimos judíos que de hecho vienen a visitarnos, porque hay aspectos de la construcción que se refieren a nuestras raíces de cristianos y se sitúan en la tradición hebraica. Este centro quiere por lo tanto ser un puente con toda la tradición hebraica».

Con el tiempo «se están vislumbrando otras posibilidades –revela el director del centro–, porque hay muchas conferencias episcopales que están pidiendo disponibilidad para encuentros, conferencias o reuniones internacionales a nivel teológico y bíblico».

A la sorprendente progresión de las obras se une la comunión que se ha dado y se está dando entre obreros, técnicos y voluntarios de diferentes religiones, culturas y mentalidades que trabajan en su construcción: árabes cristianos, árabes musulmanes, drusos, maronitas y judíos, entre otros.

«Domus Galilaelae» está situada más arriba del actual Santuario de las Bienaventuranzas, hacia la cima de la montaña llamada de las Bienaventuranzas, que se levanta frente al lago de Tiberíades por encima de Tabgha, el lugar de la Primera Multiplicación de los panes, y Cafarnaum. El proyecto surge al lado de la carretera que antiguamente unía Korazím y Cafarnaum, a orillas del lago.

El Camino Neocatecumenal, «al servicio de los obispos diocesanos y de los párrocos como una modalidad para redescubrir el sacramento del Bautismo, y de educación permanente en la fe» está presente en más de 900 diócesis del mundo, con unas 17.000 comunidades en 6.000 parroquias.

El Camino, que surgió hace 35 años en uno de los barrios más pobres de Madrid (España), ha dado también origen a medio centenar de seminarios «Redemptoris Mater», donde se forman unos 1.500 seminaristas, y cientos de familias que comparten la espiritualidad del Camino han dejado sus casas para ser misioneras en los rincones más descristianizados del planeta.

Más información en www.domusgalilaeae.org.

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ZENIT Staff

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