A partir de este sábado, el gobierno prohibirá el acceso a Internet desde teléfonos abonados en moneda nacional –que tiene la mayoría de la población– y lo permitió sólo desde líneas en dólares, destinadas a las empresas o extranjeros.
El ministro de la informática y las comunicaciones, Ignacio González Planas, ha respondido a las críticas internacionales suscitada por la medida afirmando que sólo busca evitar ataques cibernéticos y virus.
«A la Iglesia católica se le permitirá disponer de correo electrónico a través de un servidor ubicado en la sede de la Conferencia Episcopal, pero no tendrá acceso a Internet», afirma en el comunicado «Ayuda a la Iglesia Necesitada».
«En Cuba no hay muchos cibercafés, y sólo los extranjeros y unos pocos cubanos tienen acceso a ellos. De esta manera, el Gobierno de Fidel Castro ha vuelto a encontrar una forma de restringir la libertad de información», añade «Ayuda a la Iglesia Necesitada».