CIUDAD DEL VATICANO, lunes, 9 febrero 2004 (ZENIT.org).- Juan Pablo II asegura que para los cristianos los pobres no son sólo sus «hermanos», sino también sus «maestros».
Así lo explica en un mensaje escrito con motivo del VI Encuentro internacional de obispos y sacerdotes amigos de la Comunidad de San Egidio, celebrado con motivo de sus 36 años de fundación.
Los pobres aclara el Papa «son nuestros «maestros»; nos hacen comprender lo que todos somos ante Dios: mendigos de amor y de salvación».
«Para el discípulo de Cristo, el pobre es un hermano al que hay que acoger y amar, y no un extraño al que hay que dedicarle, cuando lo requiere, un momento de atención», añade el mensaje pontificio.
Tras recordar que el beato Juan XXIII solía decir que «la Iglesia es de todos, pero en especial de los pobres», el Santo Padre explica que «el Reino de Dios pertenece a los pobres, los cuales, según algunos Padres de la Iglesia, pueden ser nuestros abogados ante Dios».
San Gregorio Magno, evoca el pontífice, decía: «Los pobres, que se nos presentan a veces de modo inoportuno y nos dirigen peticiones, podrán interceder por nosotros el último día…».
El Papa concluye con una exhortación a los miembros de la Comunidad de San Egidio: «¡Que todos sepan acercarse a quien atraviesa dificultades para experimentar así la verdad de las palabras de la Biblia: «Hay más alegría en dar que en recibir»».
La Comunidad de San Egidio, movimiento fundado en Roma por el historiador Andrea Riccardi, reúne actualmente a unos 50.000 miembros en 63 países del mundo (Zenit, 8 de febrero de 2004).
Más información en www.santegidio.org.