MOSCÚ, miércoles, 18 febrero 2004 (ZENIT.org).- La esperanza de los católicos rusos es que la visita a Moscú del cardenal Walter Kasper, presidente del Consejo Pontificio para la Unidad de los Cristianos, sirva para crear lazos de amistad entre ortodoxos y católicos.
Así lo ha manifestado el padre Alexandre Marie Pietrzyk, miembro de la Comisión Ecuménica de la Iglesia católica rusa, tras participar en la conferencia sobre «Ortodoxia e Iglesia católica» que se celebró este miércoles en la catedral católica de Moscú.
«Nuestra esperanza es que esta visita pueda volver a acercar en la amistad a ortodoxos y católicos y pueda cambiar o al menos aclarar muchos de los problemas que hacen difíciles estas relaciones tan difíciles», afirma en una entrevista concedida a «SIR».
La catedral se llenó de gente y la intervención del cardenal fue seguida por muchos periodistas de televisión, radio y prensa, constata el sacerdote.
«Los medios de comunicación han manifestado un gran interés por este viaje», asegura.
Al hablar al clero católico, afirmó el padre Pietrzyk, «el cardenal nos ha pedido que hagamos un examen de conciencia, como lo hizo el Papa para el año jubilar. Un examen de conciencia para pedir perdón, como se hace al rezar el Padrenuestro».
Por lo que se refiere a las acusaciones que el Patriarcado de Moscú ha dirigido en estos días al Vaticano, el padre Pietrzyk afirma: «Espero que la presencia del cardenal Kasper en Moscú pueda aligerar a los católicos rusos de las acusaciones que desde hace años se nos
echan encima, desde el momento en el que se elevaron al rango de diócesis las administraciones apostólicas. Las acusaciones contra la Iglesia greco-católica nos provocan también una tensión muy fuerte».