Fuentes del Vaticano se interrogan por el paradero de dos obispos chinos

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Tras la liberación del obispo «clandestino» de la diócesis de Zheng Ding

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CIUDAD DEL VATICANO, lunes, 19 abril 2004 (ZENIT.org).- La Agencia «Fides» de la Congregación vaticana para la Evangelización de los Pueblos ha denunciado el silencio de las autoridades chinas sobre el paradero de dos obispos católicos, monseñor An Shuxin y monseñor Su Zhimin, arrestados respectivamente en mayo de 1996 y 1997.

Ha suscitado la cuestión la reciente detención –del 5 al 14 de este mes– del obispo de la Iglesia católica «clandestina» –que reconoce la autoridad del Papa y no está oficialmente aprobada por Pekín– que está al frente de la diócesis de Zheng Ding (provincia de Hebei), monseñor Julio Jia Zhiguo.

La Santa Sede –a través del director de la Oficina de Prensa, Joaquín Navarro-Valls– no dudó en calificar inmediatamente el arresto –producido sin que mediaran explicaciones ni motivaciones jurídicas– de inadmisible en un Estado de Derecho.

De hecho, con 69 años de edad, monseñor Julio Jia Zhiguo ha vivido casi todo su ministerio episcopal (fue consagrado en 1980) bajo arresto domiciliario. A veces, en ocasiones de importantes reuniones del Partido o de visitas de jefes de Estado y personalidades extranjeras, es detenido y aislado en lugares desconocidos. El prelado ya ha pasado 20 años en prisión.

A diferencia de lo ocurrido en otras ocasiones, durante estos días de detención en un refugio militar en la ciudad de Shijiazhuang –cabeza de partido de la provincia de Hebei–, ningún miembro del personal del Gobierno chino ha visitado al prelado para presionarle a fin de que se adhiera a la Asociación Patriótica China –con la que el gobierno chino busca ejercer su control sobre la Iglesia y cuyo objetivo es crear una Iglesia independiente de la obediencia al Papa–.

Solamente visitó al obispo Jia Zhiguo un oficial del Gobierno que el 13 de abril, después de un largo interrogatorio, se refirió al aniversario de la muerte del obispo José Fan Xueyan –de la diócesis de Baoding–, una figura de gran relevancia para la Iglesia «clandestina», fallecido precisamente el 13 de abril de 1992 en prisión.

No se había preparado ninguna iniciativa para recordar el aniversario de la muerte del prelado, dado que siempre en tal fecha las medidas de seguridad son aún más rígidas. Monseñor Jia Zhiguo fue liberado el día siguiente del aniversario.

«Ya que han sido las propias autoridades las que han recordado el aniversario de la muerte de monseñor Fan, que de otro modo habría pasado desapercibido, cabe preguntarse dónde están los dos sucesores de monseñor Fan: monseñor An Shuxin, arrestado en mayo de 1996 y monseñor Su Zhimin, arrestado en octubre de 1997», plantea «Fides».

«¿Cómo han acabado estos dos obispos sucesores de monseñor Fan en la sede de Baoding? ¿Están todavía vivos o agonizan en alguna prisión gubernativa?», cuestiona.

«Probablemente –reconoce “Fides”– estas preguntas queden sin respuesta, de la misma manera que no ha recibido ninguna respuesta la intervención de la Oficina de Prensa de la Santa Sede después de la noticia del arresto de monseñor Julio Jia Zhiguo».

En estos momentos, en China hay unos cincuenta obispos y sacerdotes encarcelados o sin libertad para ejercer su ministerio. Además, una veintena de religiosos están en la cárcel o en campos de trabajos forzados.

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ZENIT Staff

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