COCHABAMBA, martes, 27 abril 2004 (ZENIT.org).- Desde la realidad de la Pascua, Bolivia está invitada a no buscar su destino «tras las muertes y las tumbas vacías de esperanza», sino a llenar todos sus rincones «de paz en amor, en justicia, en verdad y en libertad», recordó el viernes el cardenal Julio Terrazas Sandoval al abrir los trabajos de la 78º asamblea nacional del episcopado boliviano.
«Que resuenen el gozo y la esperanza de nuestra Pascua», exhortó el arzobispo de Santa Cruz de la Sierra y presidente de la Conferencia Episcopal de Bolivia ante los prelados reunidos del 21 al 29 de abril en Cochabamba.
«Toda esta profundidad de nuestra fe –la reciente celebración de la Pascua, “que nos permitió experimentar la presencia del Señor que vive de veras, que está resucitado y en quien la muerte no manda más”– la hemos proclamado en medio de una realidad de pecado, de muerte, de desesperanza» «que estremece al mundo entero y de manera reiterativa a nuestra propia nación», constató el purpurado.
«Por eso –recalcó– el saludo del Resucitado: “La paz esté con vosotros” (Jn 20, 20) despierta nuestro espíritu e inunda de claridad nuestra vida».
Para el prelado, «la fe en el Señor lleva inexorablemente a una práctica pascual liberadora, debe necesariamente identificarse con la construcción de la paz».
«Desde el realismo de este hecho pascual: ¡Bolivia estás invitada a no buscar tu destino tras las muertes y las tumbas vacías de esperanza! Tienes una vocación más noble que nunca. Llenar todos tus rincones y todos tus grupos humanos de paz en amor, en justicia, en verdad y en libertad», exhortó el cardenal Terrazas.
«Hoy el miedo se impone –reconoció–, la muerte se multiplica y se idolatra la violencia», «escasea cada vez más el pan de cada día», «desaparece el trabajo» y la tierra «se convierte en instrumento de confrontación», «se atenta contra la vida y aumentan las ofertas de soluciones que excluyen los valores humanos más elementales».
En este contexto, «si estamos urgidos a resucitar con Cristo, hay que salir de las tumbas, despertar a la vida y desperezarnos», advirtió.
Para ello el cardenal Terrazas sugiere actitudes concretas: «testigos de la Pascua que salen a anunciar la vida no pueden alimentarse de incitaciones violentas llenas de odio y de venganza».
«Ante actitudes puramente negativas se debe, se tiene que reaccionar –subraya–. Es cierto que la democracia esta como aletargada, lo que ha producido incertidumbre sobre su validez, un germen de violencia política que origina un desencanto por la no-solución de problemas ancestrales», pero «hay que reconocer que la cultura democrática es débil, no es aún una forma de vida entre nosotros».
«A pesar de todo –advirtió– la democracia no puede destruirse porque es el espacio de la concertación razonable y razonada».
«Desde aquí digámosle a nuestro pueblo: no te desalientes», manifestó el purpurado a los obispos de Bolivia, a quienes pidió también «ser signos de la Pascua para nuestras comunidades».
Además de reflexionar sobre algunas circunstancias que atraviesa el país, los obispos de Bolivia considerarán en su reunión algunos aspectos de la vida eclesial local, tales como la elección y formación de los futuros sacerdotes ante los desafíos actuales.