Según Bonete, la Corona Mistérica proyectada por Kiko Argüello «había sido ya pintada en parte por el mismo Argüello en diferentes iglesias de Italia y Madrid (parroquia de santa Catalina Labouré) como así se hizo constar en su momento al presentar el proyecto».
La nota aclara que la «escuela pictórica» que en diversos lugares del mundo sigue «la actualización de la iconografía bizantina desarrollada por el señor Argüello», se reproduce «en diversas parroquias y seminarios repartidos por los cinco continentes», entre ellos «el Seminario Diocesano Misionero de Santo Domingo» (en el que se habían fijado algunos medios españoles para acusar a Argüello de «copia» de sí mismo).
«En ningún caso puede hablarse de «plagio» o de copia de obras ajenas, como se ha difundido injustificadamente por los medios, sino todo lo contrario: son otros artistas (españoles, italianos, suizos, americanos…) los que siguen fielmente las huellas del pintor Argüello (que ha renunciado a derechos de autor), difundiéndolas en diversos ámbitos religiosos».
Según Bonete, «ha sido el reconocimiento mundial del estilo de este pintor madrileño el que impulsó a la Comisión Técnica a considerar que sería del todo oportuno que la catedral de Madrid albergase en el ábside su célebre «corona mistérica»».