CIUDAD DEL VATICANO, domingo, 16 mayo 2004 (ZENIT.org).- Juan Pablo II alentó el compromiso a favor de la paz en Oriente Medio y denunció las «violencias inaceptables» que lo ensangrientan, al recibir este sábado al presidente libanés Emile Lahoud.
«Pido a Dios que apoye los esfuerzos a favor de la paz de todos los hombres de buena voluntad, en particular en la región de Oriente Medio, tan castigada por violencias inaceptables», afirmó el Papa al recibir a su huésped.
Tras reconocer que guarda «un feliz recuerdo» de su visita apostólica al Líbano, el Santo Padre aseguró que reza para que Dios ayude a «todos los libaneses a consolidar la unidad de su nación, en la concordia y el respeto de todos los que la componen».
El presidente libanés se encontraba en Roma para participar este domingo en la canonización del tercer santo de ese país, Nimatullah Kassab Al-Hardini, (1808-1858), sacerdote, de la Orden Libanesa Maronita, querido también por musulmanes y drusos.
«Deseo que la canonización de un hijo de vuestra tierra», confesó el Papa, «sea para vuestros ciudadanos un ejemplo de vida fraterna».