«Deseo renovar mi afecto por los habitantes de su país, que recuerdo siempre en mi oración, pidiendo a Dios que bendiga a cada uno de ellos, a las familias y a los diversos grupos sociales para que puedan tener un presente sereno y un futuro esperanzador», afirmó el Papa en el breve discurso que dirigió al presidente centroamericano.
La construcción de «una sociedad basada en la justicia y la paz, la fraternidad y la solidaridad» «favorecerá el progreso integral de todos, especialmente de los más desfavorecidos», añadió el pontífice.
«Sobre Vuestra Excelencia, sobre sus colaboradores en el Gobierno y sobre todo el católico pueblo de Honduras invoco toda clase de bendiciones del Dios providente y misericordioso, por mediación de la Santísima Virgen de Suyapa, tan venerada en esa amada nación», concluyó el Papa.
La audiencia del obispo de Roma a Ricardo Maduro Joest tuvo lugar en momentos dramáticos, cuando llegaban noticias de fuentes policiales, según las cuales, al menos 101 personas murieron y otras 27 resultaron con quemaduras en el incendio que se registró en la cárcel de San Pedro Sula, norte del país.
El Santo Padre dio la bienvenida al presidente Maduro en su biblioteca privada, y a continuación ambos mantuvieron un coloquio privado, sin intérpretes, que duró unos doce minutos.
El 81,08% de los más de 6.600.000 habitantes de Honduras es católico.