SAN CRISTÓBAL DE LAS CASAS, jueves, 20 mayo 2004 (ZENIT.org).- Durante esta semana se están celebrando en San Cristóbal de las Casas (Chiapas) los trabajos del Xl Encuentro Nacional de Sacerdotes Indígenas de México, que reúne a sacerdotes de más de 20 etnias de las más de 50 etnias diseminadas a lo largo del país.
En su discurso de apertura, el actual obispo de San Cristóbal de las Casas, monseñor Felipe Arizmendi Esquivel, señaló las tremendas carencias de sacerdotes indígenas que persisten en el país.
Según monseñor Arizmendi en México hacen falta cerca de mil sacerdotes indígenas para atender las necesidades de las aproximadamente 50 etnias que pueblan México, con un total aproximado de ocho millones de indígenas bilingües y dos millones de indígenas monolingües.
Hace unos días, monseñor Hipólito Reyes, obispo de Orizaba y responsables de la Comisión de Vocaciones, aseguraba a Zenit que en el país hace falta diez mil sacerdotes para cubrir la demanda de 90 millones de católicos bautizados.
En la actualidad –y sin que se tengan los datos bien confirmados– existen cerca de 200 sacerdotes indígenas puros en México, entre ellos un obispo, monseñor Luis Miguel Cuara Méndez, obispo de Veracruz.
Según cálculos del propio secretariado de pastoral indígena de la Conferencia del Episcopado Mexicano, cada sacerdote indígena atendería más de 50 mil indígenas católicos bautizados, lo cual redunda en una desproporción muy grande con respecto a la población no indígena del país que tiene un sacerdote por cada seis mil católicos bautizados.
Durante el Congreso se ha tocado el efecto brutal que está teniendo la globalización económica y cultural en el universo indígena mexicano.
En opinión del sacerdote mixteco (de la región de la sierra de Oaxaca) Jaime Rodríguez Martínez, la misma globalización ha hecho disminuir las vocaciones entre los indígenas: «Yo creo que sí hacen falta vocaciones; dijo en rueda de prensa, ahorita (ahora), por la misma globalización y la situación mundial, para los jóvenes lo religioso, lo sagrado, ya no llama la atención con la misma intensidad de hace veinte o treinta años. Un chamaco (un joven) que termina secundaria (escuela) ya quiere emigrar, porque quiere ganar. Hablarles de vocación consagrada y de consagrar su vida, ya poco les llama la atención».
Para otros sacerdotes indígenas, como el mayense (de Yucatán) Carlos Puj Romero, la globalización ha traído algunos beneficios tangibles a las comunidades indígenas del país, pero también ha traído consigo la pérdida de la identidad cultural de los pueblos indígenas y ha motivado un constante flujo migratorio, sobre todo hacia los Estados Unidos de América.