«No hay en nuestros días una afirmación más reaccionaria –contra todo lo que se diga– que la del derecho de una persona sobre la vida del hijo no nacido. Es el derecho de propiedad más absoluto concebible, más allá del derecho del amo sobre el esclavo. Y es una vergüenza para la izquierda que levante la bandera del ese pretendido derecho. Y más aún, que se deje a la derecha, por fines electoralistas que su meollo de poder económico no siente en absoluto, que monopolice hipócritamente la oposición al mismo», afirma el manifiesto.
El ministro de Justicia del ejecutivo socialista, Juan Fernando López Aguilar, anunció el miércoles que su Departamento impulsará a lo largo de la legislatura reformas para permitir el matrimonio entre personas del mismo sexo y para ampliar los supuestos en los que se considere el aborto como legal.
Estos grupos manifiestan su oposición al aborto, «a su legalización abierta o subrepticia, por la misma razón que nos oponemos a todo atentado a la vida. Sostenemos que la equiparación de izquierda y permisividad ante el aborto es, primero, una mentira de hecho y, después, una contradicción absoluta con los valores que toda la izquierda debe defender».
Para los firmantes, no hay diferencia respecto a las políticas abortistas entre partidos de izquierda y de derecha, ya que «en los 8 años de gobierno del Partido Popular (PP) el aborto ha aumentado un 37%, estando próximos a los 80.000 abortos por año».
«La política del PP en esta materia ha provocado que el aborto se esté utilizando como método de planificación familiar y que “de hecho” se practique el aborto libre en los primeros tres meses de gestación. Zapatero se hará publicidad a costa del PP legalizándolo “de derecho”, aunque no añadirá nada a lo que se venía haciendo», afirma el comunicado.
Para estos colectivos, el actual partido en el Gobierno pretende «ocultar con medidas “pseudoprogres” como la del aborto su alianza con la extrema derecha económica: por primera vez con Zapatero al frente un partido llamado socialista se ha atrevido a proponer explícitamente un programa político y económico neoliberal».
Según los firmantes, «nosotros somos izquierda, somos socialistas también porque defendemos la vida humana como valor supremo, porque sostenemos que nadie, en nombre de nada, puede suprimirla. Y creemos que precisamente encontrar pretextos y argumentos para suprimir vidas humanas es un signo distintivo de la derecha».
«Es una falacia la equiparación izquierda-aborto», afirma el texto, y añade que el feto, «como tal ser humano tiene sus derechos: tanto como los ancianos, como los minusválidos, los subnormales, los incurables, lo «antisociales», todos aquellos a los que la permisión del aborto pone en la lista de los futuros condenados, porque no se les va a considerar personas humanas con derecho a la vida, sino partes molestas de una sociedad que no les desea».
Para Solidaridad y Autogestión Internacionalista, Colectivo Autogestión y el Movimiento Cultural Cristiano, «es necesario que nos planteemos con valentía y rigor de una vez ese tema en la izquierda: la vida humana es un valor supremo desde la concepción hasta la muerte natural. Y a partir de esta afirmación tenemos que desarrollar una acción decidida contra el hecho real del aborto combatiendo las causas, ayudando eficazmente a las familias, asistiendo legal y socialmente a la madre soltera, tanto a la que desee quedar con su hijo como a la que quiera darlo en adopción».
En declaraciones a la agencia Veritas, el obispo de Urgel, monseñor Joan Enric Vives afirmó que «toda la sociedad debe movilizarse por la defensa de la vida».
Ante el anuncio del gobierno español de ampliar los supuestos de aborto, el prelado aplaudió a los «grupos de laicos que están exponiendo con coraje su pensamiento y haciendo que se debatan más las cuestiones del aborto o la eutanasia en el interior de nuestra sociedad».
El obispo advirtió ante el peligro de que «nuestra sociedad se convierta en muy egoísta y a la vez muy hipócrita»: «Nadie quiere ningún problema, ni asumir dificultades y sufrimientos, ni ayudar a sobrellevarlos, y en cambio nos preocupamos por los derechos de los animales y la ecología, cosa que está bien, pero debemos ser más coherentes: una auténtica ecología empieza por el ser humano».
«A los obispos nos preocupa que pueda parecer progresista lo que de hecho va contra los más débiles, que no pueden protestar, como los niños engendrados y no nacidos o los mayores en momentos muy terminales», declaró monseñor Vives.