CIUDAD DEL VATICANO, lunes, 31 mayo 2004 (ZENIT.org).- Los representantes diplomáticos de la Iglesia, entre los que los más conocidos son los nuncios apostólicos, deben ser auténticos misioneros con el diálogo en las instituciones nacionales e internacionales, señala Juan Pablo II.
En esta misión, el Santo Padre les recomendó en particular oración y «fidelidad madura y total a Cristo» al recibir el sábado a los sacerdotes alumnos de la Academia Pontificia Eclesiástica, en la que se forman los futuros colaboradores papales en las nunciaturas apostólicas y en la Secretaría de Estado del Vaticano.
El pontífice, en el discurso que dirigió a sus futuros representantes, les recordó que deben participar en «la misión evangelizadora de la Iglesia», desempeñando su labor «en las comunidades eclesiales de los países en los que actúan» y «ante los gobiernos de las nacionales y de los organismos internacionales».
Esto exige «capacidad de diálogo, conocimiento de los diferentes pueblos, de sus expresiones culturales y religiosas, así como de sus legítimas aspiraciones», indicó el obispo de Roma.
«Os es indispensable, al mismo tiempo, una adecuada formación teológica y pastoral, y sobre todo una fidelidad madura y total a Cristo», añadió.
«Sólo si os mantenéis unidos a Él con la oración y la búsqueda constante de su voluntad, vuestro trabajo será provechoso y os realizaréis plenamente como sacerdotes», subrayó.
La vida de varios Papas del siglo pasado ha estado íntimamente ligada a esta Academia. León XIII, Benedicto XV, Pío XII y Pablo VI han sido alumnos o profesores de esta institución. Hoy día está dirigida por el arzobispo español Justo Mullor García, quien llegó a Roma tras haber sido nuncio apostólico en México.